Una plataforma vecinal rechaza la construcción de dos granjas de cerdos en Loporzano

El malestar vecinal por la instalación de granjas de porcino existente en Berdún se ha trasladado también a Loporzano, en la comarca de la Hoya de Huesca, donde el ayuntamiento debe decidir si autoriza el desarrollo de dos explotaciones de cerdos en el término municipal. Una plataforma integrada por 235 personas y denominada ‘Loporzano sin ganadería intensiva’ ha presentado 13 alegaciones a estos proyectos. Considera que su presencia supondría un impacto negativo tanto en materia sanitaria como socioeconómica y de asentamiento de la población que se ha establecido en la zona por el valor del entorno, en la periferia del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

El alcalde de Loporzano, Jesús Escario, explicó que el plazo de información pública de los proyectos ha terminado, tras la ampliación solicitada por la plataforma. Según dijo, hay un procedimiento que cumplir antes de decidir si se autoriza o no su instalación. Sí comentó que se trata de dos explotaciones de menos de 2.000 animales y que una de ellas está bastante alejada del núcleo urbano. Además, señaló que ya hay otras granjas funcionando en la localidad.

El hecho de que los proyectos no superen los 2.000 cerdos (en concreto son 1.999) obedece al tipo de permiso que se solicita. Para granjas de esta dimensión es suficiente con una licencia ambiental de actividad clasificada. El propio ayuntamiento puede autorizarla o denegarla y la tramitación es más simplificada.

Para explotaciones que superen este número se precisa una autorización ambiental integrada. En este caso, es el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) el que tiene la palabra. Este denegó en 2014 la instalación de una granja industrial e intensiva de porcino (3.000 animales) en el término municipal de Casbas, parte del cual está protegido como parque natural.

La plataforma, creada en las últimas semanas y muy activa en las redes sociales, explica que una de las explotaciones proyectadas para el término municipal se encuentra a tan solo 700 metros del río Guatizalema. La otra se situaría a 758 m del río Botella, "por lo que este probablemente se contaminaría por infiltraciones en el suelo debido al manejo de purines". "En estas explotaciones también se realizan tratamientos de desinfección, se fumiga y se usan plaguicidas, pesticidas y antibióticos; todo ello llegaría a los cursos fluviales mencionados y resultaría sumamente nocivo", añade el colectivo.

‘Loporzano sin ganadería intensiva’, que algunos definen como "un movimiento vecinal sin precedentes en la zona", aglutina a personas que viven en los 15 núcleos del término municipal. También cuenta con el apoyo de vecinos de Angüés y Siétamo.

Diálogo y buen entendimiento

Los ganaderos interesados en la ubicación de explotaciones porcinas en Berdún apuestan por el "diálogo y el buen entendimiento" con los sectores de población que se oponen a estas granjas y achacan la creación de la polémica a la "falta de información" sobre el sector. Actualmente existen dos licencias concedidas por parte del ayuntamiento de Berdún a sendos ganaderos de la zona, que fueron aprobadas por mayoría en pleno, y cuya tramitación se encuentra en el Inaga, pero son siete los proyectos de cría intensiva de ganado porcino que ha recibido el consistorio, de los cuales 5 se llevarían a cabo.

Ahora, tras la polémica y debido a la multitud de opiniones contrarias que han surgido por estos proyectos, el Ayuntamiento de Berdún se ha replanteado la cuestión y ha paralizado la tramitación de dichos proyectos para "estudiarlo mejor", según apuntó el alcalde, Francis Pérez, "porque no hablamos de una ni de dos granjas, sino que podrían a ser siete". El Consistorio aprobó en el pleno de noviembre una modificación del Plan de Ordenación Urbana de 2008, ya que este impedía la instalación de granjas porcinas. El tema se tratará en el pleno municipal del jueves.

Por su parte, los ganaderos interesados en la instalación de estas explotaciones se han mostrado en desacuerdo con "la marcha atrás" por parte del Ayuntamiento porque la decisión de la concesión de las licencias "ya estaba tomada". Vinculan este cambio de opinión a la presión ejercida por la plataforma Stop Cerdos Canal de Berdún.

Alejandro Jaca, portavoz de los ganaderos afectados, ha explicado que la polémica "está fuera de lugar", porque es una actividad "legislada y muy controlada" que debe cumplir con muchos requisitos y su incumplimiento "se paga económica y penalmente". "Una mala utilización podría arruinar nuestras fincas", añade. Además, matiza que el Ayuntamiento endureció la normativa de la implantación de granjas porcinas para que los perjuicios fueran mínimos. Por ello, los ganaderos piden "respeto", ya que estas explotaciones "son la manera de ganarse la vida de muchas familias de la zona" y solo pedimos que nos dejen desempeñar nuestra actividad".