La DGA deja en suspenso las restricciones a la caza en el Pirineo del plan del urogallo

La medida es provisional y los cazadores piden cambios. La consejería afirma que la protección de la especie "no se va a modificar" pero que se atenderán cuestiones puntuales.

El Gobierno de Aragón ha escuchado a los alcaldes y presidentes de cotos de caza del Pirineo que exigieron el pasado 22 de enero la suspensión de las limitaciones que impone el plan del urogallo, que afecta a 34 términos municipales de Sobrarbe y Ribagorza, principalmente, y a alguno de la Jacetania. Sin embargo, es solo una medida provisional. El problema de fondo sigue sin resolverse.


El decreto de protección de esta especie, aprobado en noviembre de 2015, prohíbe batidas a más de 1.600 metros de altitud entre el 15 de diciembre y el 31 de agosto. De este modo, en pueblos como Gistaín, situado a 1.413 m, impide la actividad cinegética en plena temporada, ya que en cuento se alejan del casco si sitúan por encima del límite. Ahora, una orden de servicio, que se ha comunicado a los titulares de los cotos deportivos afectados, aclara que esta norma no se aplicará en esta campaña, que termina el cuarto domingo de febrero (día 28), para que acabe sin restricciones. Aunque este problema ha sido el más inmediato, también afecta a otros usos del monte como el aprovechamiento forestal o la recogida de setas.


Sin embargo, si no se modifica el decreto del plan del urogallo, que entró en vigor el 14 de noviembre, la próxima temporada de caza existirá el mismo problema a partir del 15 de diciembre. Esto es lo que trasmitieron más de medio centenar de alcaldes y representantes de los cotos de caza del Pirineo al director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca, José Ramón López Pardo, en la reunión del pasado día 22 que se celebró en Boltaña.La postura del Ejecutivo

Entonces, el compromiso del Gobierno de Aragón fue el de estudiar el asunto y contrastar la norma recién aprobada con sus demandas. El departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad informó ayer de que el plan del urogallo "no se va a modificar" y de que, en todo caso, "se atenderán cuestiones puntuales que puedan surgir" en función de las condiciones de la temporada. También resaltó que esta orden de servicio no es una marcha atrás con el plan del urogallo sino una "aclaración" de la norma.


De este modo, la orden señala que hay un plazo máximo de dos años desde la entrada en vigor del decreto del urogallo para que los titulares de los cotos puedan adaptar sus planes técnicos de caza. Pero además, para esta temporada 2015-2016 "no serán de aplicación" las restricciones para el ejercicio de la caza en las áreas críticas afectadas porque "no se han podido incorporar ni a los planes anuales de aprovechamiento ni a los planes técnicos de caza las medidas previstas en el plan de conservación del urogallo".


Este es el texto de la orden de servicio firmada por el citado director general de Caza y Pesca y por la directora general de Sostenibilidad, Sandra Ortega, de quien depende el decreto de protección (300/2015), que se aprobó el 4 de noviembre en Consejo de Gobierno y se publicó el 13 en el Boletín Oficial de Aragón, después de una larga tramitación desde 2010 a 2014. A pesar del tiempo, existe descontento entre los afectados, que se quejaron de que no se habían respondido las alegaciones.


"De momento se ha quedado en suspenso. Se espera que el decreto se modifique para el futuro, que contente a todo el mundo y que no ponga más prohibiciones de las necesarias para proteger al urogallo", aseguró ayer el presidente de la Federación de Caza, Fernando Tello. Esta es la confianza que tienen todos los cotos y de los 34 municipios afectados. Si bien en algunos de ellos la incidencia es mínima; en otros situados a mucha altitud, como los de Gistaín, Saravillo, Puértolas o Benasque, por ejemplo, impide prácticamente la caza en unos momentos en los que hay sobrepoblación de jabalís y que es necesaria la actividad.


Por otro lado, Tello recordó que la cartografía con la que el decreto delimita las zonas de protección del urogallo es "confusa" con respecto a los límites. De este modo, genera "indefensión", porque el cazador desconoce si se encuentra dentro o fuera del área. También apuntó que es absurda la protección invernal porque la propia naturaleza regula la presencia de cazadores en la alta montaña en invierno. De hecho, la ley de caza ya lo prohíbe si hay más de 40 centímetros de nieve. En esta situación, Tello confía en que se revise la norma cuanto antes, porque el tiempo apremia, para que no afecte a la próxima temporada de invierno.

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