La DGA da más tiempo para regularizar las granjas pero mantiene las exigencias

Pueblos de montaña insisten en la imposibilidad de cumplir las distancias

Los ganaderos Miguel Guillén, Carlos Ferrer, Ismael Bielsa, José Antonio Castillo, Asunción Ballarín -con mono verde, es la veterinaria-, María Isabel Bruned, Juan Antonio Puértolas y Antonio Saila.
Los ganaderos Miguel Guillén, Carlos Ferrer, Ismael Bielsa, José Antonio Castillo, Asunción Ballarín -con mono verde, es la veterinaria-, María Isabel Bruned, Juan Antonio Puértolas y Antonio Saila. fernando paúles
fernando paúles

Problema: un ganadero quiere construir una granja en San Juan de Plan pero tiene que estar a equis metros del núcleo urbano, de caminos o carreteras, de manantiales o tuberías de abastecimiento, de áreas de esparcimiento, de alojamientos turísticos o de monumentos, entre otros requisitos. ¿Dónde la colocaría? Ese espacio no existe, porque la lógica exige que sea mínimamente llano y con acceso.


"Imposible". Esta es la respuesta de ganaderos y ayuntamientos del valle de Chistau, que piden una solución al Gobierno de Aragón: que flexibilice la normativa que marca las distancias y condiciones para legalizar o, al menos, regularizar en precario sus explotaciones. La Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa) exigió que se paralizara el plazo que acaba mañana, ante el temor de que puedan desaparecer 500 explotaciones de las 1.500 que quedan en el Pirineo. Finalmente, los ganaderos aragoneses que no cumplen el decreto 200/1997 y las sucesivas normas que lo han modificado tienen de plazo hasta mañana, 31 de diciembre, para presentar un escrito en su ayuntamiento declarando la intención de regularizar. Por ahora, ganan tiempo.


Aunque es sencillo en la mayor parte de Aragón, hay muchos pueblos de montaña con dificultades para cumplir las condiciones, si bien tanto estas como el plazo son para todos igual y también hay decenas de explotaciones alegales en el resto de la comunidad. En el valle de Chistau, tendrían que situar las granjas a 2.000 m de altitud y en invierno, con la nieve, no podrían subir.


Esta semana se han vuelto a mandar avisos para que los ganaderos presenten el escrito con el que ganan tiempo y siguen dentro del sistema. "No queremos cerrar granjas porque la gente se tendría que marchar del pueblo", admite el director general de Alimentación y Fomento Agroalimentario del Gobierno de Aragón, Enrique Novales. Por ello, quieren trabajar con los municipios caso a caso para buscar soluciones y, al menos, que se mantengan "en precario". La alcaldesa de San Juan de Plan, Isabel Guillén, también resaltó que por parte del consistorio van a hacer todo lo que sea posible.


Novales recuerda que la norma de 1997 daba cinco años para sacar las granjas de los cascos urbanos y hasta 20 –al final son 18– para cumplir las distancias. En este tiempo, todas las nuevas cumplen la normativa y las de porcino se han regularizado. Con todo, el presidente de la Comarca de Sobrarbe y además ganadero, Enrique Campo, puntualiza que también ha ido cambiando, como con el decreto 94/2009 que afecta de forma especial al Pirineo. Ambos, con el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, y más alcaldes y representantes de Adelpa se reunieron la víspera de Nochebuena para buscar soluciones. Si no se encuentran, peligra la economía de montaña. En esto, coinciden todos.

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