Medio siglo de lucha para crear un pueblo y un hogar en la nada

Una publicación reúne el testimonio de los colonos de primera y segunda generación de la localidad monegrina de Curbe.

Algunos de los primeros colonos que todavía residen en la localidad de Curbe.
Algunos de los primeros colonos que todavía residen en la localidad de Curbe.
Patricia Puértolas

En el año 1963, fueron sorteadas las 78 viviendas y lotes agrícolas del pueblo de colonización de Curbe. Los adjudicatarios, que dejaron atrás toda una vida, lucharon con entrega para obtener rendimientos de unas tierras recién niveladas y de forma conjunta, con escasos medios, crear un nuevo hogar.


Algunos de esos primeros colonos, junto a sus hijos, han prestado testimonio para preservar sus vivencias en una publicación titulada ‘Curbe, 50 años de vida’, que fue presentada ayer en la localidad y que incluye casi un centenar de fotografías antiguas. Para todos ellos, convertirse en colonos supuso una oportunidad de "ofrecer un futuro mejor a nuestros hijos", apunta Agustina Castillo, que, junto a su marido, Antonio Campo, llegó procedente de San Pelegrín, muy cerca de Alquézar. De allí, bajaron otras tres familias que vivían de la ganadería, a las que el proceso de reforestación dejó sin pastos.


En su mayoría, los colonos, que recibieron una vivienda, un lote agrícola y algunos animales, llegaron de los valles pirenaicos o las sierras oscenses como Cortillas, Barbenuta, Gavín, Broto o Fanlo así como de poblaciones cercanas, entre ellas, destaca Grañén, que aportó 21 familias de escasos recursos, a las que tener tierras y una casa propia les parecía "un sueño". Así, por ejemplo, Matilde Pérez, que llegó junto a su marido y sus dos hijos, recuerda haber "llorado y saltado de alegría el primer día". Para superar las dificultades la unión de esfuerzos y la solidaridad, que todavía marcan el carácter de sus pobladores, fueron fundamentales. En la actualidad, ya solo quedan algunos de esos primeros colonos, que se muestran "satisfechos" de la decisión tomada.


En Aragón, el Instituto Nacional de la Colonización creó 30 de los 300 pueblos construidos en España, así como 11.000 km de acequias y canales así como la nivelación de más de 100.000 ha, todo un símbolo de la reconstrucción impulsada por el régimen franquista. De sus errores y aciertos, también habla el libro, escrito por dos monegrinas, Gemma Grau y Patricia Puértolas. La publicación ha sido impulsada por la asociación de vecinos de Curbe, con el apoyo de la Comarca y del Ayuntamiento de Grañén.

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