La suerte llega a los gremios de pintores y carpinteros con 300 décimos agraciados

Un negocio de pintura de Huesca reparte 15 millones del tercer premio de Grañén.

Alberto Gállego, empleado de Comercial Moré, abraza a Miguel Ángel Gracia, cliente.
Alberto Gállego, empleado de Comercial Moré, abraza a Miguel Ángel Gracia, cliente.
Rafael Gobantes

Dos pintores de Huesca y Ayerbe se llevaron ayer mismo los últimos décimos de los 300 vendidos por Comercial Moré, un negocio de venta de pinturas de Huesca que gracias a la lotería repartió 15 millones de

euros por toda la provincia. Las 30 series procedían de la administración de Grañén, donde las compran hace años para ofrecer a trabajadores y clientes siguiendo la costumbre de su fundador, Francisco Moré, que justo ayer hacía un año que falleció. Según contó su hijo, José Miguel Moré, era "muy aficionado a la lotería, siempre confió en que tocaría".


Las series están repartidas en décimos de 20 euros, a los que corresponden 50.000 euros. Fue el último premio de los tres grandes en salir de los bombos, a las 13.11, solo minutos antes de cerrar la tienda de la calle Teruel y el almacén situado en el polígono de Martínez de Velasco.


Comercial Moré ha repartido la suerte por todo el Alto Aragón. Los agraciados son sobre todo pintores y carpinteros de la provincia, sus principales clientes, pero también de las Cinco Villas. Además, sus ocho empleados llevaban décimos. Estos apenas hacían ayer un paréntesis para atender a los periodistas en medio del ajetreo por el inventario de final de año. "Siento alegría por los que les ha tocado y pena por los clientes que no se llevaron lotería", decía el dueño, José Miguel Moré. Comentó que "hace mucho que compramos en Grañén, fue un empleado a buscar el número y solo le dijimos que eligiera uno que tocara". Pero sobre todo se felicitó por llevar la suerte a un gremio "en el que hay mucha gente que después de esta crisis va con la lengua fuera".


Miguel Ángel Gracia, pintor, y Alberto Gállego, empleado, se fundieron en un abrazo para celebrar la suerte de ambos, ya que cada uno tiene un décimo. "Como el premio salió tan tarde me he ido del trabajo sin saberlo. La vida sigue, pero será una ayudita", declaró Gállego, que no había tenido tiempo de pensar en qué va a invertir el dinero. Miguel Ángel Gracia miró los décimos guardados en casa cuando su mujer le comunicó que había tocado en Comercial Moré. "Hay que seguir trabajando", apuntó este autónomo, que sí está pensando en comprar un coche o, "a lo mejor, hacer un viaje en verano".


Marta Morales y su pareja, Óscar Roiz, ambos empleados, todavía no saben qué harán. "Ni siquiera hemos tenido tiempo de celebrarlo, porque fue unos minutos antes de cerrar y además estamos haciendo el inventario y tenemos mucho trabajo", señalaba ella, que al llegar a la tienda se encontró con 52 llamadas perdidas. Hasta el establecimiento se acercó Rubén Gracia, cliente, quien compró un décimo con sus dos socios de la empresa Taller de Pintura. Los 40.000 euros, descontados impuestos, ya tienen destino: se reinvertirán en el negocio. "No creo en la lotería y apenas compro, solo llevo este décimo compartido y otro, y por compromiso". Quizá a partir de ahora cambie de opinión.

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