La repentina riqueza de los vecinos de Sodeto

En 2011 el gordo de la Lotería de Navidad cayó en el pueblo oscense de Sodeto.

El cineasta griego Costas Mitsotakis ultima la postproducción de su documental 'Cuando tocó', en el que narra la repentina explosión de alegría que sacudió al pequeño pueblo oscense de Sodeto cuando el gordo de la lotería de Navidad de 2011 derramó una lluvia de millones sobre sus vecinos, menos a él.


Mitsotakis, que vivía desde hacía unos años en una casa situada a poco más de un kilómetro del pueblo, fue el único vecino que no llevaba ninguna participación del premio, una noticia que corrió como la pólvora por todo el mundo.


Por ello, fue testigo privilegiado del torbellino festivo que arrastró a las familias de la población.


Todo el espontáneo terremoto de emociones, bailes, risas y cantos que rompió la cotidiana tranquilidad de Sodeto quedó registrado en la cámara del cineasta, quien, mientras capturaba sin descanso imágenes de la fiesta, comenzó a trazar en su mente el guión de un largometraje documental.


El gordo de la lotería nacional de 2011, el mayor de la historia, había repartido 18 millones entre las 75 familias de Sodeto, en participaciones de 5 euros vendidas puerta a puerta por la asociación de amas de casas de la población.


Cuatro años después, el silencio, sólo roto por el ocasional paso de un vehículo o por conversaciones fugaces en los portales de las casas, se ha adueñado de las calles, pero Mitsotakis sabe que en estas fechas la esperanza de repetir la suerte acelera el corazón de sus vecinos, explica en declaraciones.


El cineasta admite que sigue sin jugar al número de las amas de casa de Sodeto, agotado en su integridad a los pocos días de salir a la venta, pero al mismo tiempo le resulta "difícil de entender" toda la pasión irracional que desata en España el sorteo de Navidad de la lotería.


Aunque la vida en Sodeto parece no haber cambiado y los signos del dinero no se perciben ni en las casas ni en las costumbres de sus vecinos, Mitsotakis sabe que dentro del premio se esconden otras historias que implican a otras personas y a otros escenarios geográficos.


Por eso, siempre que le preguntan por el impacto de la lluvia de millones en su pequeño pueblo de acogida, encoge los hombros y asegura que esa es "la típica pregunta sin respuesta".


El cineasta no quiere desvelar, sin embargo, nada del contenido de su película, que produce su socio danés Lars Tang Sorensen y cuyo preestreno prevé llevar a cabo en Sodeto para capturar las reacciones y emociones de sus vecinos e incluirlas en la versión definitiva del documental.


Sólo revela que su producción, para la que ha prescindido de un narrador en "off", es un "viaje en el tiempo" que habla del presente y del pasado, y que se adentra en todas esas historias que no fueron reveladas una vez diluido el impacto mediático internacional que supuso la noticia del premio.


Es consciente de la fuerza de la historia de la Navidad de 2011 en Sodeto, como lo evidencia la reciente visita a la zona de unos periodistas alemanes interesados en volver a narrar lo acontecido y sus "secuelas", y del interés que ha suscitado su documental entre los vecinos, que no dejan de preguntarle por cuándo podrán verlo.


Pero, cuando quedan pocas horas para que los niños de San Ildefonso comiencen a cantar los premios de la lotería de Navidad, todo esto queda aparcado porque los pensamientos de los vecinos vuelan en una única dirección.


Mitsotakis insiste en que toda la "impresionante" ceremonia que conlleva la lotería de Navidad es algo muy imbricado en la cultura española desde hace más de dos siglos, "muy difícil de comprender" para un ciudadano extranjero.


Mientras tanto, Sodeto sigue siendo un pequeño municipio de la árida comarca de los Monegros en el que la actividad agrícola y el agua que arrastran los canales de riego son parte esencial de la forma de vida de su gente.


Para muchos de sus vecinos, el premio, caído en plena crisis económica, cuando las deudas por la compra de maquinaria o la puesta en regadío de sus tierras les atenazaban, fue un alivio.

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