El pollo y la almendra se salvan en un año de incertidumbre para el campo

El sindicato Asaja hace balance del 2015 preocupado por el retroceso de los sectores vacuno y ovino y los problemas de exportación para la alfalfa o la fruta dulce.

El secretario general de Asaja, Ángel Samper (izquierda), y el presidente provincial, Fernando Luna
El pollo y la almendra se salvan en un año de incertidumbre para el campo
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El 2015 se cierra para los agricultores y ganaderos con mucha incertidumbre ante el futuro y desencanto por la situación presente. Asaja Huesca hizo ayer balance, con especial preocupación por el aumento de los costes de producción en los cereales y el porcino y por la repercusión negativa en el vacuno de la retirada de las ayudas a las zonas de montaña.


La ganadería extensiva está en franco retroceso. El censo ha descendido un 10% en la vaca nodriza este año y el ovino sigue “en caída libre”. Se ha quedado a la mitad en una década, mientras el consumo ha descendido un 70%. A esto se anade el efecto negativo del informe de la OMS sobre las carnes rojas, que sí se ha notado en el mercado.


El secretario general de Asaja Huesca, Ángel Samper, lamentó que mientras en París se habla del cambio climático, aquí no se apoya la ganadería extensiva, olvidando su contribución a la sostenibilidad ambiental y social del mundo rural. “La casa hay que empezarla por los cimientos, porque sin ganadería extensiva no hay territorio. En los pueblos se vive también del turismo, pero lo que fija población es la agricultura y la ganadería”.


El ovino ha quedado relegado a un 5% de la producción final ganadera en Aragón mientras que en el 2005 representaba el 13%. En estos momentos, en plena precampaña navideña, el precio es de 70€, muy por debajo de las expectativas, “puesto que sería lógico que en esta temporada estuviera alrededor de los 90-100 euros”. Por si fuera poco, se está produciendo una oleada de robos insólita dada su magnitud y su frecuencia.


La mejor noticia está en las granjas de pollos, que rompen con la tendencia negativa de las ganaderías intensivas, con buenos precios e incremento en el consumo interno. Es un sector en claro crecimiento, con previsión de nuevas explotaciones y ampliación de las existentes.


Por lo que respecta a la agricultura, el rendimiento económico de los cuatro principales cultivos extensivos (cebada, trigo blando, alfalfa y maíz, con casi 320.000 hectáreas) aprueba raspado o saca un insuficiente alto, en palabras del presidente de Asaja Huesca, Fernando Luna, ya que se ven lastrados por el coste de la producción. En el caso del arroz, los problemas son el bajo precio y la merma de las cosechas a consecuencia de la prohibición del uso de determinados herbicidas. Y en la alfalfa, que tantas expectativas había generado ante la exportación a los países asiáticos, lo que provocó un aumento de la superficie, se han visto frustradas por los problemas en el mercado chino, en cuanto a la normativa y al cumplimiento de los contratos.


Otro condicionante exterior es el veto ruso en el caso de la fruta dulce, con precios entre un 15% y un 30% por debajo del promedio de 2009-2013. El consumo interno no ayuda en la nectarina y el melocotón, con 4 kilos per cápita (22 kg en Italia), de forma que el 70% de la producción va fuera.


Sí hay motivos de satisfacción en los frutos secos. El cultivo de almendra está de moda, con un 7% más de superficie respecto a 2014 y precios de hasta 8,5 euros en la variedad marcona.


Respecto a la situación de sequía, el presidente de Asaja informó que se está regando el cereal de invierno porque en algunos sitios no ha nacido y en otros se seca. “Otros años, en esta época, hay un parón vegetativo, pero ahora, con temperaturas de 4 grados por la mañana y 15 al mediodía, la planta crece pero como no tiene agua se muere”.


Asaja pide a los políticos, aprovechando la campaña electoral, una PAC más simplificada en cuanto a la burocracia, energía competitiva, la finalización de las obras del Pacto del Agua y el apoyo al sector agroindustrial y a las zonas desfavorecidas por la despoblación. Y es que el sector rural, a juicio del secretario general, Ángel Samper, está “en desconexión”. “Son los urbanitas los que legislan y los rurales los que sufrimos”, dijo.


El sindicato apuesta porque se mejore la imagen de los agricultores y ganaderos en las ciudades y en este sentido propone impartir una asignatura específica en las escuelas para que los niños “sepan de dónde viene el pan”.

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