Decepcionados, contrariados e indignados. Así se siente un alto porcentaje de la población de los Monegros y en especial, los usuarios habituales del tramo Sena-Sariñena de la carretera A-131 (Huesca-Fraga), que había sido adjudicada por 5 millones de euros y que se ha quedado sin partida presupuestaria en 2016.

Para justificar la falta de inversiones en diferentes vías de comunicación, el consejero aragonés de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, ha insistido en un mensaje: "Las carreteras pueden esperar un año, las personas, no". En los Monegros, el eslogan, que trata de explicar las prioridades inversoras del Gobierno de Aragón, chirría. Para los monegrinos, el deterioro de la carretera A-131, que es estrecha, carece de cunetas y está repleta de baches, pone en riesgo la integridad de las personas, aísla a los habitantes de las poblaciones afectadas y minimiza las posibilidades de desarrollo de las mismas, según explican algunos de los usuarios así como los agentes sociales y económicos del territorio.

"En mi opinión, la decisión es indignante y vergonzosa. Es nuestra principal vía de comunicación con Fraga, Sariñena y Huesca, es decir, nos conecta con muchos servicios básicos y por lo tanto, tenemos que utilizarla a diario", apunta Marta Doz, vecina de Villanueva de Sijena, una de las poblaciones afectadas.

A su lado, la presidenta de la asociación Monegros Empresarial, María Jesús Laguna, mantiene el tono de las críticas: "En los pueblos, estamos acostumbrados a buscarnos la vida. Ahora bien, sin buenas comunicaciones, nos dejan sin opciones y nos empujan a abandonar el medio rural. Para nosotros, es una carretera fundamental y además, su mejora es menos costosa y más valiosa que un nuevo cinturón o variante en la ciudad". Para el colectivo empresarial, "el lamentable estado de esta carretera nos deja sin opciones de atraer nuevas empresas, generar trabajo y asentar población".

Por su parte, el presidente de la Cooperativa Los Monegros, José Víctor Nogués, opina que "es una clara limitación a nuestras posibilidades de crecimiento". A nivel provincial, la firma, que tiene su sede en Sariñena, es una de las más importantes del sector con más de 40 millones de facturación anual y unos 500 socios. Desde hace varios años, reclaman sin éxito la mejora de esta carretera así como la creación de un acceso seguro al centro ubicado en Villanueva de Sijena. "Al final, es más de lo mismo. El medio rural se queda sin una obra fundamental. Ni siquiera me sorprende", admite Nogués.

Las obras estaban dirigidas al acondicionamiento integral de la larga recta existente entre Sariñena y Sena, del punto kilométrico 41 al 52, una vía "tercermundista en la que es imposible recorrer 10 metros lineales sin caer en un agujero o pisar un bache", señala otro usuario habitual, Miguel Ángel Lordán, que recuerda que los vecinos de esta zona acumulan "20 años de falsas promesas". Los trabajos fueron adjudicados a la UTE Sariñena (Construcciones Mariano López Navarro–Urbanizaciones y Medioambiente) y tenían un plazo de ejecución de 12 meses.

Aunque sin partida presupuestaria, fuentes del Gobierno de Aragón dejan una puerta abierta a la posibilidad de realizar mejoras durante el próximo año. De hecho, insisten en que la actuación prevista sigue siendo "una prioridad de nuestro departamento y de obtenerse recursos, habrá inversiones". Hasta los responsables comarcales de CHA y PSOE han lamentado la decisión de la DGA y han anunciado que lucharán por recuperar la partida prevista.

Dentro de la misma vía, el departamento de Vertebración del Territorio ha garantizado la continuidad de las obras iniciadas en el tramo Sariñena-San Lorenzo del Flumen. En este caso, los trabajos, por más de 3 millones de euros, consisten en el acondicionamiento de unos cinco kilómetros, del 57,6 al 62,05, así como en el refuerzo del firme del 54,8 al 57,6. El plazo es de seis meses y las obras las ejecuta la empresa Pavimentos Auxiliares.