Los vecinos de Zaidín continúan sin agua potable en sus domicilios. De momento, ninguna de las acciones desarrolladas por el Ayuntamiento y la empresa concesionaria del servicio han logrado hacer descender los altos niveles de turbidez. Las restricciones comenzaron el pasado 10 de noviembre, es decir, hace casi un mes y ante la persistencia del problema, sigue siendo necesario recurrir al camión cisterna del servicio comarcal de Protección Civil con el fin de abastecer a la población.

Tras el fracaso de las fórmulas utilizadas, el pasado martes se optó por sustituir la arena de los filtros de la potabilizadora. En un principio, el alcalde del municipio, Marco Ibarz, esperaba que esta acción, junto a las aportaciones extraordinarias de productos de desinfección, permitiera mejorar la calidad del agua.

No obstante, la situación se mantenía ayer "sin grandes mejoras" y, en consecuencia, estaba previsto probar con la inyección de cloro en el filtro derivado de la balsa de abastecimiento, según explicó el primer edil.

El problema se originó al coincidir las intensas lluvias del segundo fin de semana de noviembre con los días de llenado de la balsa de abastecimiento, que se nutre del pantano de Barasona. Al darse esta circunstancia, el agua entró muy turbia en el sistema y al parecer, la potabilizadora existente es incapaz de mejorar su calidad.

De hecho, Marco Ibarz reconoció que esta situación ha evidenciado la necesidad de crear un depósito intermedio así como de renovar la actual potabilizadora. Para ello, necesita el apoyo económico de otras administraciones, lo que le ha llevado a entablar conversaciones con el Instituto Aragonés del Agua y la Diputación Provincial de Huesca.

De hecho, el Plan de Ajuste del Ayuntamiento le impide solicitar un crédito. "Ahora mismo, solo podemos esperar que las nuevas acciones den resultado y seguir trabajando de forma intensa para encontrar una solución definitiva al problema", apuntó Marco Ibarz, que se mostró comprensivo con el malestar de los vecinos.