El casco histórico de Huesca contará en unos días con una nueva plaza que, a su vez, servirá como acceso al andador construido sobre la muralla de la ronda de Montearagón. Este espacio, que todavía no tiene nombre, está situado junto a la Casa Amparo, en la calle Desengaño. El lugar, que hace años estaba ocupado por una chatarrería, se ha convertido en un rincón ajardinado en el que los maceteros y los arbustos tratan de recordar que allí hubo unos edificios, según indicó el arquitecto José Miguel Ferrando. La actuación se completará con una fuente, unos bancos y unas plantas trepadoras. Los materiales empleados son similares a los utilizados en el paseo, al que también se entra por el otro extremo de la misma calle.

Queda pendiente un tercer acceso, que será desde la ronda de Montearagón, es decir, desde el otro lado de la muralla. El Ayuntamiento ha tenido que negociar con Educación para disponer de una parte del patio del colegio de San Vicente, que es la ocuparán las escaleras. Está previsto que los presupuestos de 2016 incluyan esta obra.

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, mostró su satisfacción por el resultado de la obra que ha tenido un coste de 324.000 euros y está a punto de finalizar. “Esta actuación supone la dignificación de patrimonio y de espacios en el casco histórico”, comentó.

Al mismo tiempo que en la plaza se ha intervenido en el torreón de la muralla que puede verse desde la ronda. Data del siglo XIV y es el único que queda en pie de todos los que hubo. Ferrando explicó que se han consolidados aquellas partes que estaban más erosionadas, que tenían más peligro por posibles desprendimientos. “Se han conservado las pátinas, ya que hemos intentado intervenir lo menos posible bajo el criterio de la seguridad y de que la memoria histórica se mantenga”, indicó el arquitecto.