"Con el cierre del túnel de Bielsa o pierdo dinero o pierdo el trabajo"

La preocupación reina entre los trabajadores de la comarca del Sobrarbe. La decisión del Gobierno francés de ampliar los cierres del túnel de Bielsa-Aragonuet y de prolongar la medida durante tres meses ha cogido por sorpresa a las instituciones y habitantes de un territorio que lleva años apostando por la promoción de un territorio transfronterizo como medida para desestacionalizar y rescatar su economía.

Por decisión unilateral de Francia y como medida de seguridad tras los atentados de París, el túnel cerrará todos los días durante tres meses a las 20.00 y no abrirá hasta las 8.00 del día siguiente, medida que parece obviar a los trabajadores que cruzan la frontera a diario para ganarse la vida y a los empresarios que dependen de las visitas diarias del lado francés.

Es el caso de Mario Pórtoles, un aragonés que llevaba año y medio buscando trabajo y que acaba de conseguir un puesto en un restaurante de la estación francesa de Saint Lary. Tiene que incorporarse el próximo martes pero como vive cerca de la frontera pensaba ir y volver todos los días y no se había preocupado por el alojamiento. Los nuevos horarios del túnel, anunciados esta semana, le impedirán regresar a casa al acabar su jornada en el restaurante y ahora tiene que encontrar un alojamiento asequible cerca de una estación de esquí francesa y en plena temporada alta. 

"Llevo en paro desde agosto por lo que mi situación económica es crítica y esto me supondrá un sobrecoste tremendo. Me siento muy agraviado”, comenta irritado ante una situación que considera “tremendamente injusta para todos los habitantes del Sobrarbe que dependen de la circulación por el paso transfronterizo".

Pérdidas para los empresarios

En una situación similar se encuentra Ruth Polo, una empresaria por partida doble que regenta un restaurante en el valle de Pineta y una agencia de recepción y atención a huéspedes de apartamentos turísticos en la estación francesa de Piau-Engaly. Según informa, entre el 60 y el 70% de los clientes invernales de su restaurante proceden del otro lado de la frontera y son trabajadores y usuarios de las estaciones francesas que pasan a España para cenar. Si el túnel cierra a las 20.00, Ruth está convencida de que perderá al grueso de sus clientes.

La problemática con su otro negocio es aún más preocupante, ya que la agencia ofrece los servicios de entrega y recogida de llaves a los huéspedes de la estación francesa. Ruth vive en Bielsa y debe ir y venir a Francia a recibir y despedir a esos inquilinos, lleguen a la hora que lleguen. Ella misma explica que a muchos esquiadores les es imposible presentarse en la estación antes de las 20.00 si salen de trabajar por la tarde y tienen que viajar varias horas antes de llegar. Además, señala que los turistas franceses suelen emprender el viaje de vuelta muy temprano.

"Yo ya he ofrecido mis servicios a los clientes y si no puedo pasar antes de las 8.00 ni volver después de las 20.00, habrá muchos a los que no podré atender", matiza, preocupada, mientras se debate entre buscar un alojamiento en Francia para toda la temporada o subcontratar a otra persona: "O pierdo dinero o pierdo el trabajo", lamenta.

La preocupación del sector empresarial y las administraciones de ambos lados de la frontera es tal que este jueves se reunirán los representantes de la Comarca del Sobrarbe, el Ayuntamiento de Bielsa y el Ayuntamiento de Aragnouet con los empresarios y los portavoces de las estaciones de esquí de la zona para estudiar como ejercer presión para revertir la situación. "En los últimos años hemos hecho una inversión muy grande de tiempo y dinero para mejorar las comunicaciones y promocionar la zona como un destino turístico transfronterizo como para ver cómo lo dinamitan todo", justifica Miguel Ángel Noguero, alcalde de Bielsa.