Las nietas de Ramón Acín recogen una obra de su abuelo

La Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón ha recuperado ‘Retrato de José María Aventín’.

Ana y Katy García-Bragado, junto a Ignacio Bustienes, miran la pintura realizada por su abuelo en 1928 y ya restaurada-
Ana y Katy García-Bragado, junto a Ignacio Bustienes, miran la pintura realizada por su abuelo en 1928 y ya restaurada-
Luz Montañés

Las nietas de Ramón Acín Ana y Katy García-Bragado han recogido en Huesca el 'Retrato de José María Aventín', una obra que su abuelo pintó en 1928 y que ha sido tratada en la Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, cuya sede está en la capital oscense. Hacía más de 10 años que la pintura, un óleo de 82x73 cm, estaba en este centro. Fue Katia Aznar, hija del artista, quien lo depositó aquí unos meses antes de morir para que los expertos recuperaran una de las obras que pertenece a la colección privada de la familia.


La restauración del cuadro quedó a la espera en favor de otras intervenciones más urgentes. Hace dos cursos y medio, los profesores y los alumnos del último año se pusieron manos a la obra para devolver al retrato sus cualidades originales. Ha sido una tarea ardua porque, según explica el director de la Escuela, Ignacio Mustienes, la pintura se encontraba bastante deteriorada por las condiciones en las que había estado almacenada. Esta tabla, junto con gran parte de la obra,quedó en la casa de la calle Las Cortes cuando Ramón Acín y su mujer, Concha Monrás, fueron apresados en agosto de 1936. Tras la muerte de ambos, ese mismo mes, sus dos hijas, Katia y Sol, quedaron al cuidado de sus tíos pero fuera de su hogar. En la posguerra y poco a poco, las pinturas y esculturas que había en el taller de Huesca se fueron llevando hasta la casa que la familia tenía en la Puebla de Montornés (Tarragona).


'Retrato de José María Aventín', un escultor también oscense, quedó en la buhardilla. En 2003, cuando se abrieron algunos de los baúles allí depositado, se encontró este cuadro, cuyo protagonista era un colega de Ramón Acín que gracias a una beca de la Diputación de Huesca cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Allí realizó gran número de retratos de personajes ilustres de la época como el de Manuel Azaña o El barman Perico Chicote.


La obra, óleo sobre tablero de contrachapado de madera, es, según Mustienes, reflejo de la madurez de Ramón Acín, tras su contacto con las vanguardias en París, en 1926. “La faz de Aventín está acabada y el resto esta abocetado, lo que encaja muy bien en las técnicas vanguardistas de entonces”, explica el director de la Escuela.


Pero el tiempo y la humedad hicieron mella en este cuadro, separando las láminas del contrachapado, que se han tenido que volver a juntar con elementos adhesivos inocuos para la pintura. La capa de óleo también era muy fina, lo que requirió emplear técnicas secas para su restauración. “Ha sido costoso”, reconoció Mustienes. En la escuela ya tienen experiencia en la obra del artista oscense, ya que hace años se recuperó un cartel pintado por él. Y puede que la tratada ahora no sea la última, según se desprende de los comentarios oídos en el acto de entrega de este.


'Retrato de José María Aventín' está catalogada y forma arte del legado que hoy gestiona la Fundación Ramón y Katia, pero nunca ha sido expuesta al público, ya que es de la colección particular.

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