Piden 20 años de cárcel para el joven acusado de matar a una mujer en Benabarre en 2013

Le golpeó con una piedra de grandes dimensiones en la cabeza e intentó ocultar el cadáver.

El cuerpo se localizó este lunes por la noche, pero no se retiró hasta el martes a mediodía
Lugar donde ocurrieron los hechos.
José Luis Pano

Un joven se enfrentará ante un jurado popular a una petición fiscal de 20 años de prisión como presunto autor responsable del asesinato de una mujer a la que sorprendió en una zona despoblada próxima a la localidad de Benabarre a la que se había desplazado la víctima para tomar fotografías.


Los hechos, que serán enjuiciados en la Audiencia de Huesca en una fecha todavía por determinar, tuvieron lugar la tarde del 31 de marzo de 2013, en un barranco muy poco transitado en el que coincidieron la mujer, aficionada a la fotografía de paisajes, y su presunto agresor.


Según relata el fiscal en su escrito provisional de acusación, durante el transcurso de una breve conversación, el acusado, de 22 años, nacido en Lopera (Jaén) y residente en Benabarre junto a sus padres, trató de besar a la mujer en la boca y ésta lo rechazó.


En el forcejeo que se produjo instantes después, el joven tapó la boca y el rostro de la víctima, que le mordió en una de sus manos para liberarse de la presa y tratar de huir a la carrera.


La acusación pública considera que el acusado, "ofendido" ante la reacción de la mujer, de 52 años de edad, y movido por el "ánimo" de causarle la muerte, cogió una piedra de grandes dimensiones y le asestó un fuerte golpe en la parte posterior de su cabeza.


Ya en el suelo, sin posibilidad de reacción alguna, el acusado hincó su rodilla en el abdomen de la mujer y le asestó un segundo golpe en la cabeza.


Ambos golpes, según el informe médico forense, no sólo eran "letales" sino que descartan una posible muerte debido a una caída accidental.


Posteriormente, añade el fiscal, el acusado arrastró el cuerpo hasta un arbusto, tiró la piedra utilizada para el crimen y otras manchadas de sangre a una zarzas cercanas y arrojó la cámara de fotos de la víctima en una balsa más alejada.


La acusación pública, a tenor de los informes periciales presentados, admite la presencia en el acusado de un trastorno esquizoide que, sin embargo, no le impedía ser "plenamente consciente" del delito cometido y de las consecuencias que tendría para él.


El fiscal tipifica los hechos como un delito de asesinato y pide para el acusado 20 años de prisión, prohibición de aproximación a los padres de la víctima y para residir en Benabarre durante 30 años y una indemnización de 80.000 euros.


Por su parte, el letrado de la acusación particular reclama una condena similar a la propuesta por la fiscalía aunque acentúa en su relato provisional de los hechos la violencia ejercida contra la víctima.


Aunque en las primeras comparecencias judiciales se negó a declarar, el joven, según asegura este abogado en su escrito, reconoció posteriormente la autoría de la agresión en todos los informes psicológicos y psiquiátricos que le fueron practicados.


Resalta, además, que la práctica totalidad de los informes realizados no detectan alteraciones orgánicas sino un intento de simulación de cuadro psicótico beneficioso para su defensa.


Señala este letrado a este respecto que tras permanecer 9 meses en prisión, el acusado comenzó a intentar "justificar" el crimen tras alegar que había recibido un "mandato" para acabar con el supuesto "demonio" que llevaba la víctima en su interior.


La víctima, residente en Lérida, era conocida y apreciada en Benabarre por las labores solidarias que ejercía en la población, de la que eran beneficiarias, entre otras, la propia familia del acusado.

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