Con grandes expectativas e ilusión, los padres de algunos de los usuarios de Atades Fraga han visitado este lunes las viviendas acondicionadas para sus hijos en la capital del Bajo Cinca. Las obras han entrado en su recta final y de cumplirse los plazos, podrían comenzar a ocuparse durante los próximos meses.

En total, el proyecto, que ha contado con la financiación de varias instituciones públicas, ha supuesto una inversión de alrededor de 400.000 euros, que han permitido rehabilitar cuatro de las antiguas viviendas de peones camineros y convertirlas en un único espacio de 520 metros cuadrados. Dividido en dos planta, los futuros usuarios dispondrán de habitaciones dobles e individuales con aseo propio así como varias zonas comunes, entre ellas, cocina, despensa, comedor, espacio de ocio o jardín. También ha sido instalado un ascensor.

Las viviendas, que fueron cedidas por el Gobierno de Aragón, tienen capacidad para 22 personas con diferente grado de discapacidad. Aunque atendidas por uno o varios trabajadores, los usuarios, que deberán encargarse de las tareas del hogar, ganarán en autonomía e independencia. Para los padres, resulta fundamental poder contar con este espacio. Hasta ahora, los únicos centros de este tipo se encontraban en poblaciones como Huesca, Monzón o Sabiñánigo. "Ahora, nuestros hijos podrán permanecer en su localidad y en consecuencia, cerca de personas conocidas y queridas, lo que para nosotros es muy importante», apuntó el presidente de Atades Fraga, Artemio Puig.

Al igual que hasta ahora, los usuarios pasarán gran parte de la jornada en el centro ocupacional de Fraga, en el que realizan labores formativas e, incluso, laborales como tareas de reciclaje para la empresa de jeringuillas Becton Dickinson. El centro, que cuenta con cinco profesionales y el apoyo de voluntarios, ofrece servicio de comedor y transporte, atención psicológica a usuarios y familiares o fisioterapia.