​La Universidad Ciudadana celebra más de una veintena de cursos al año desde su fundación

Física, Electricidad, Fotografía Digital, Poesía o ganchillo forman parte de su oferta gratuita.

Las imágenes son del curso de ganchillo, 'Enganchados al Ganchillo', en el Centro Cívico
?La Universidad Ciudadana celebra más de una veintena de cursos al año desde su fundación
J. S.

Carpintería, Matemáticas, Electricidad… Y así hasta más de una veintena de cursos al año celebra desde su fundación, hace ahora tres, la Universidad Ciudadana de Huesca. “Nació como una idea solidaria, con el fin de intercambiar conocimientos entre gente diversa”, señala Miguel Escartín en representación de la asociación. Como explica, lo que pretenden es que “del mismo modo que hay personas que se prestan a impartir un curso, aquellos que estén recibiendo la formación puedan tomar más adelante las riendas e impartir también una materia”. Y es que, como asegura, “estamos convencidos de que todo el mundo cuenta con habilidades y puede aportar algo a los demás”.


Si bien en un primer momento puede parecer una actividad similar a la de un banco del tiempo, Escartín recalca que en el caso de la Universidad Ciudadana no existe la obligación, de devolver el servicio recibido. “En un banco del tiempo se da una cosa a cambio de otra; aquí se da algo a cambio de la esperanza de que pueda haber otra. No se trata de una obligación, sino de una aspiración”, recalca el portavoz del colectivo. Con esta filosofía han conseguido así organizar un gran número de ciclos formativos, desde Pilates, o Educación Física hasta Poesía, pasando por danza del vientre y fotografía digital, además de conferencias. “Hay mucha variedad, estamos abiertos a todo lo que nos quieran ofrecer. También buscamos por nuestra cuenta y estamos atentos a los que nos piden los asistentes”, comenta el portavoz de esta iniciativa.


Entre los que han contado con más éxito, recuerda, se encuentra uno sobre Física Cuántica que se impartió en la Diputación Provincial de Huesca. También tuvo mucha aceptación otro también de Física, pero orientado a aquellos padres y madres que querían ayudar a sus hijos a hacer los deberes. “Pretendíamos que se implicaran en la educación de sus hijos, de forma que aquellos que no conocieran lo suficiente la asignatura, aprendieran y pasaran más rato en familia”, afirma Escartín. Otra característica es la rotación de espacios que realizan para impartir sus cursos, visitando principalmente centros educativos y asociaciones de vecinos de diferentes barrios, además del Centro Cívico Santiago Escartín Otín, en el Perpetuo Socorro.


Todo ello de forma gratuita, ya que ni se cobra por asistir a las sesiones formativas ni cobran aquellos que las imparten. Es posible colaborar como miembro como de la asociación –actualmente son una treintena– aunque tampoco en ese caso es obligatorio pagar una cuota, pudiéndose realizar donaciones voluntarias. No reciben subvenciones por parte del Ayuntamiento, aunque, como reconoce Escartín, tampoco necesitan mucho presupuesto. “Con 600 euros al año realizamos una veintena de cursos. No aspiramos a ayudas municipales, porque el mínimo son 1.000 o 1.500 euros, que no podríamos justificar. Somos demasiado modestos”, apunta. Los cursos se realizan desde septiembre a mayo y para informarse sobre los mismos o apuntarse basta visitar su blog.“Enganchados al ganchillo”

El ganchillo es, por otra parte, uno de los cursos que cuentan con una mayor demanda. Se imparte en una de las aulas del Centro Cívico Santiago Escartín Otín desde el comienzo de la Universidad Ciudadana y lleva como nombre ‘Enganchados al ganchillo’. “Es una labor muy sencilla de hacer, llevamos ya tres años y la verdad es que sí, que hay mucha gente ‘enganchada’, señala una de las responsables de la actividad, Silvia Campodarve. Resulta además, añade, “muy ameno, ya que se puede llevar a cualquier sitio”, permitiendo además utilizar distintos tipos de materiales, ya sea hilo, galón, papel, incluso alambre. “Además cuenta mucho la creatividad de cada uno, ya que se puede de todo, bolsos, muñecas, mantas, bufandas, gorros, cestas, chaquetas, ropa de beb酔, afirma Silvia. Una muestra de la afición que hay por este arte en el barrio del Perpetuo Socorro, en el que se encuentra el Centro Cívico, es el enorme tapiz que cuelga de la fachada del edificio y que realizaron entre varias mujeres, “cuadrito a cuadrito”.


Como afirma María, compañera de la anterior, explican sobre todo, “los puntos básicos, ya que en ocasiones, si aparece en una revista, puede no acabar de entenderse bien, en cambio si lo ves, resulta más sencillo”. También cuenta, señala, el rato que pasan en grupo, “ya que aunque no nos conozcamos, pasamos un rato agradable conversando”.