Pueblos que resucitaron

Las ruinas de algunos municipios deshabitados en los 60 son hoy proyectos consolidados educativos y turísticos.

Morillo de Tou, en la década de los 70 y en la actualidad
Morillo de Tou, en la década de los 70 y en la actualidad
Asociación de vecinos de Morillo

Aragón es una de las comunidades con mayor número de pueblos deshabitados (solo en la provincia de Huesca se estiman alrededor de 115), pero también es una región pionera en la rehabilitación y aprovechamiento de estos núcleos.


Algunos municipios oscenses, abandonados en los 60 a causa de la construcción de pantanos o el éxodo a las ciudades, han ido rehabilitándose a lo largo de estos años convirtiéndose en puntos de interés turístico, social y educativo que generan riqueza, empleo y contribuyen a difundir y conservar la cultura popular. Y, según Lourdes Arrueba, presidenta de la Red Aragonesa de Desarrollo Rural, cada vez son más los vecinos, que de forma particular, regresan a su pueblo natal para rehabilitar la "antigua casa de sus abuelos".?Centros educativos


El municipio de Búbal, en el valle de Tena, era a principios de los 80 un conjunto de ruinas, naturaleza salvaje y recuerdos empañados por la construcción del embalse de Búbal. Actualmente, un 80% del municipio ya está rehabilitado gracias al Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados que en 1984 vio en este enclave una fuente de educación juvenil. Desde hace más de 20 años, cientos de jóvenes de toda España acuden a esta localidad para colaborar en su recuperación y pasar unas semanas en contacto directo con la vida rural. “Todas las casas ya están rehabilitadas, las cuadras al 80%, pero todavía quedan por hacer las labores de mantenimiento y la recuperación de algunas calles”, explica Raúl Vizcarra, coordinador del programa en Búbal. “En 2014 pasaron por aquí 1.500 chavales. Son jóvenes de todos puntos de España que saben situar Búbal en el mapa y que lo consideran su propio pueblo. El tiempo que pasan aquí aprenden a hacer cestas de mimbre, a tejer, a diferenciar plantas medicinales...todo aquello que se hacía aquí en su día. Es un gran recurso educativo", comenta Vizcarra. 


Las posibilidades de estos núcleos deshabitados tampoco han pasado por alto para el grupo Scouts Aragón. Este colectivo, amante de la naturaleza, lleva desde 1990 reconstruyendo el municipio de Griébal, afectado por la construcción del pantano de Mediano, con la intención de crear un gran centro de jóvenes para el ocio y la educación.Centros turísticos


La huida de las ciudades, el gusto por lo natural y, como dice Pedro Arbó, gerente del complejo turístico de Morillo de Tou en la comarca del Sobrarbe, “el aroma a pueblo” ha consolidado este turismo rural. Este municipio fue deshabitado en 1960 a causa del recrecimiento del embalse de Mediano. Los vecinos abandonaron sus casas y el paso del tiempo y las duras condiciones del Pirineo acabaron por hacerlo ruinas. En 1985 el sindicato CC.OO. de Aragón consiguió la cesión del municipio para su rehabilitación como un centro de ocio. Actualmente recibe cada año a miles de personas, colgando el cartel de completo en temporada alta y generando empleo y riqueza para la zona. “Hay familias que vienen a veranear aquí desde hace 20 años. Lo consideran su pueblo”, explica Arbó. Y como tal, celebran con verbenas y rondallas las fiestas del pueblo para Santiago y Santa Ana.


Solo en la provincia de Huesca, hay al menos, tres complejos de vacaciones construidos sobre pueblos deshabitados. En ellos se ofrece naturaleza, gastronomía, salud y tranquilidad. Ligüerre de Cinca es otro de estos municipios rehabilitados. En su caso fue el sindicato UGT quien dirigió este proceso también en 1985. “Ofrecemos un pueblo recuperado, eso es lo que más le gusta al visitante. Intentamos que las actividades y el entorno se ajusten lo máximo a cómo era la vida del pueblo. En lugar de pasillos tienen calles, todo el pueblo es suyo”, asegura José Antonio Rufas, director del centro de vacaciones de Ligüerre. Desde hace unos años también preparan bodas en las que el pueblo se engalana para la ocasión. 


Ambos se muestran satisfechos con lo que, a día de hoy, es un proyecto consolidado, y aseguran que "lo más importante es que se ha conseguido generar riqueza y empleo a partir de un pueblo en el que ya no quedaba nada". Sus propios vecinos


En otros casos, ha sido la iniciativa de los propios vecinos quién ha hecho que estos lugares no quedaran en el olvido. Un ejemplo de ello es Jánovas, este núcleo urbano fue expropiado para hacer un embalse que nunca se llegó a construir. En 2014, la Confederación Hidrográfica del Ebro anunció que adecuaría los accesos Jánovas para dar vida a los núcleos desalojados. 


También en Lacasta, fue la iniciativa de un grupo de particulares la que emprendió un proyecto de rehabilitación del municipio. Lacasta se vendió por 180.000 euros.