​En mula por el Pirineo

Cuatro socios se han unido para organizar excursiones con estos animales como porteadores.

Cargando la mula.
​En mula por el Pirineo
J. Sanchez

Resistentes, en buena forma y con aptitudes casi de alpinista. Las mulas pueden ser el mejor amigo de los excursionistas en montaña, como han demostrado los responsables de www.trekkingmule.com, que organizan excursiones de alta montaña llevando a estos animales como porteadores.


“Llevamos toda la vida en la montaña y siempre le habíamos dado vueltas a la idea de caminar sin peso”, explica Alberto Iglesias, biólogo y técnico de esquí alpino y uno de los socios de esta iniciativa junto a Enrique Fernández (guía de montaña y técnico de aguas bravas), Agustín Gómez (químico y profesor de esquí) y Álvaro Yaque (guía de montaña y profesor de esquí).


Como explica, llevaban con esta idea desde 2004, aunque no hasta octubre del año pasado cuando decidieron ponerla en marcha, decididos a emular aquello que habían visto en lugares tan remotos como la cordillera del Atlas (Marruecos), los Andes (Perú) o el Himalaya.


De Andalucía, una región con gran tradición en este tipo de ganadería, en especial en la industria del corcho, llegaron Peregrina y Paloma. Desde Ciudad Real se incorporó además Verni, la más joven, a un equipo que ha realizado ya excursiones por zonas como el Turbón, el parque del Posets-Maladeta, los cañones del río Vero, el refugio de Góriz, la sierra de Guara o Plan y su Balsa de la Mora, además de salidas micológicas y espeleológicas.


En estas rutas, que pueden durar desde una noche hasta varios días, los animales se encargan de cargar con todo el material para montar los campamentos, además de los víveres y las mochilas de los participantes. “Elegimos estos animales porque son como los 4x4 de la montaña, son capaces de moverse por senderos a gran altitud, tienen una gran capacidad de carga y son tranquilos”, comenta Iglesias.





En el monte tienen la oportunidad de alimentarse de pastos naturales, como lo son también los cuidados que reciben. A modo de ejemplo, utilizan para limpiarlas jabones naturales y biodegradables. Gracias a ellas han aprendido, señala, “a moverse por la montaña”. “Cuando crees que vas a pasar por un camino determinado y ellas se detienen y dicen que no, no es por cabezonería, sino porque existe una alternativa mejor por otro lado”, añade el portavoz de la empresa, quien asegura que una vez que pase el invierno están decididos a ampliar la cabaña.-