Los alcaldes piden por tercera vez medidas urgentes en la N-230

Alcaldes de municipios aragoneses y catalanes atravesados por la N-230 se reunieron ayer otra vez para exigir medidas urgentes contra la accidentalidad en esta carretera que serpentea por ambas comunidades entre Lérida y el valle de Arán. Es el tercer encuentro desde junio y aún no han conseguido una respuesta del Ministerio de Fomento. El último accidente grave fue el sábado, con siete personas heridas.    

Los representantes de ocho ayuntamientos aragoneses y seis catalanes manifestaron de nuevo la "gran preocupación" que existe en la zona. Temen que, a medio plazo, el problema motivado por el elevado volumen de tráfico pesado vaya a más, ya que Francia está mejorando sus infraestructuras y "nos conduce el tráfico hacia aquí, porque en esta zona hay pocos puertos de montaña", declaró el alcalde de Arén, Miguel Gracia. "Fomento debería empezar a tener en cuenta esto porque es un paso internacional de primera magnitud y requiere una vía rápida y segura", advirtió.

Por eso piden a Fomento que reclame fondos europeos para poder actuar construyendo terceros carriles, completando arcenes o eliminando travesías urbanas como la de Puente de Montañana. En segundo lugar, reclaman más controles sobre los camiones. Hubo voces que plantearon incluso impedir el paso de vehículos pesados algunos días, como hacen en Viella los fines de semana de temporada de esquí. 

Las diputaciones de Huesca y Lérida facilitarán apoyo técnico para plantear mejoras a corto plazo. La subdelegada de Gobierno en Huesca ya escuchó el día 12 a los alcaldes aragoneses, mientras que los catalanes hablarán hoy con la de Lérida. 

Por otra parte, los responsables municipales exigen mayor coordinación en asuntos como la vialidad invernal y las emergencias. Respecto al primer problema, Miguel Gracia denunció que "a veces, cuando se pasa de una comunidad a otra, las quitanieves levantan la pala", pues hay distintas empresas a cargo de los trabajos. 

En cuanto a los accidentes, el alcalde de Puente de Montañana, Javier Bergua, destacó en la reunión las quejas por la demora en la respuesta del último accidente. Aseguró que "es habitual" en la zona fronteriza "que cuando llamas al 112, en lugar de coordinarse entre Aragón y Cataluña, sobre todo se interesan por saber en qué lado está la emergencia". Según él, el sábado tardaron entre 30 y 45 minutos. "Fue caótico. Primero llegó un helicóptero pero no había personal y eran otros conductores los que atendían a los heridos. Lo importante es que se desplieguen los medios, da lo mismo de dónde vengan", concluyó.