Brillante comienzo de fiestas en Graus con el trabucazo

Los vecinos de la localidad oscense acudieron en masa al desfile de carrozas

El público estuvo expectante momentos antes del lanzamiento del cohete.
Brillante comienzo de fiestas en Graus con el trabucazo
A. G.

Las fiestas patronales de Graus arrancaron ayer con gran brillantez. Un cuarto de hora antes del mediodía, el trabucazo desde el balcón de la Casa Consistorial ante un numeroso y bullanguero público de todas las edades y el inmediatamente posterior disparo de cohetes y baldeo de campanas dieron, un año más, luz verde de forma oficial a estos festejos celebrados en honor al Santo Cristo y a San Vicente Ferrer. Estos están marcados por una tradición omnipresente durante las jornadas festivas que condiciona –gozosamente, para los habitantes de la villa– el ritmo de unas celebraciones singulares como pocas y participativas como ninguna. 


La tradición, omnipresente estos días en Graus, marca que las fiestas comiencen a las doce del día doce con el inicio de la cabalgata de carrozas y su comparsa de gigantes, cabezudos, caballez y furtaperas y los festejos de este año no se escaparon de la norma pese a que, como ocurre siempre, desde hace ya bastantes días Graus vive inmerso en un intenso programa festivo. 


Pero la cabalgata de las carrozas tiene un halo mágico e ilusionante sobre los más pequeños y, también, sobre los mayores que sirve para certificar ese inicio de unas fiestas patronales que no dejan un momento para el descanso y en cuya celebración se implican, como en ninguna otra localidad aragonesa, todos los habitantes de la localidad que hacen de las calles grausinas un inmenso escenario lúdico. 


Acompañadas por mayores y chicos, las carrozas, muchas de ellas espectaculares, recorrieron las calles de la villa anunciando una fiesta que no se entiende sin unos grausinos volcados con unos actos –tradicionales muchos, novedosos en ocasiones– que se alimentan con su presencia. 


La multitudinaria espera de los gaiteros en el Puente de Abajo como símbolo de la música en la fiesta, el canto de las primeras albadas –de las muchas que estos van a acompañar el discurrir de los festejos– y la ofrenda de los frutos de la tierra al Santo Cristo en su Capilla de la iglesia parroquial marcaron ya por la tarde el discurrir de un programa festivo trufado de momentos singulares y arropados, siempre, por el acompañamiento de una gente que hace de la calle su reino durante estas jornadas festivas. 


Tras el arranque de ayer, hoy llega el primero de los días grandes, el dedicado a San Vicente Ferrer. La procesión del santo, la primera actuación de los mozos danzantes o la celebración de la tradicional Mojiganga –ese espectáculo que, en clave satírica, recuerda el devenir de la vida local en los últimos doce meses– serán algunas de las citas imprescindibles de esta jornada en la que se homenajeará el 80 aniversario del teatro cine Salamero con un programa que recordará la trayectoria de este equipamiento que, ocho décadas después, sigue siendo capital como escenario de una variada propuesta cultural, lúdica y recreativa.