Nostalgia y molestias por el derribo del cine Avenida

Los vecinos solicitan el apoyo del Ayuntamiento a los trabajos de demolición.

Obras de derribo del cine Avenida
Nostalgia y molestias por el derribo del cine Avenida
J.S. Huesca

El antiguo cine Avenida de Huesca es ya una montaña de escombros desde que comenzara su derribo hace una semana. Una imagen que los vecinos del barrio de San José, al que pertenece, miran con nostalgia a través de las grandes nubes de polvo se levantan a consecuencia de los trabajos y que causan molestias a los vecinos, en especial, a los del número 3 de la calle de Fidel Seral, que se encuentra justo enfrente del parte trasera del antiguo recinto. Como señala la portavoz de la asociación de vecinos, María Eugenia Gabás, a pesar de que se utiliza agua para amortiguar el efecto de las polvaredas, no se trata de una medida suficiente. Echa así de menos algo de refuerzo a la empresa que realiza estos trabajos por parte del consistorio oscense “en beneficio de los vecinos del barrio”.


Por otra parte, comenta Gabás, se encuentra también la cara nostálgica. Y es que, como recuerda, se va una de las pocas salas de cine de gran formato que quedan en España. “Hubiese sido casi como una atracción turística, donde se podría saber, cómo veían nuestros padres los clásicos del cine. Hoy hay pocas de esta clase que se conserven y podría ser un reclamo para los cinéfilos”, comenta Gabás. Y es que, afirma, se trata de “un edificio emblemático del barrio y un servicio de ocio que perdemos”. En su lugar se van a construir un total de 49 viviendas por decisión de la Fundación Anselmo Pie Sopena, propietaria del inmueble. Se encargará de ello la empresa de Zaragoza que va adquirir el solar.


“Serán vivienda nueva de dos y tres habitaciones que, según dicen, no abundan en Huesca”, comenta la portavoz vecinal, en un momento en el que, valora, “todavía se ven muchos carteles de ‘se vende’” en la ciudad. “A lo mejor lo más recomendable sería rehabilitar aquellas viviendas que no se encuentran en buen estado y tener en cuenta las necesidades reales de la población por densidad o por número de nacimientos, ya que nos estamos despoblando”, opina la portavoz vecinal.


Ahora, comenta, ya es tarde para cambiar el proyecto. Por ello desea “que la obra se haga con seguridad, aunque nos gustaría que hubiese una representación de las brigadas municipales, por seguridad y limpieza”, insiste, ya que se trata de una zona “céntrica y con tráfico y muchas veces tan solo se ve trabajando a dos operarios”. Al mismo tiempo, también ha dado comienzo el derribo del antiguo cuartel de La Merced, en la calle de Padre Huesca, donde se construirán 79 viviendas de Suelo y Vivienda de Aragón.