Tamarite de Litera recobra la normalidad, mientras restaña las heridas causadas por la tormenta huracanada que azotó la localidad el viernes de madrugada, y lo afronta haciendo recuento de los cuantiosos daños, que aún tardarán en cifrar "al menos una semana", aventuraba el alcalde, Francisco Mateo. Lo que sí tiene claro es que ha echado en falta más de apoyo por parte de Protección Civil porque, después de que los Bomberos del Cinca Medio atendieran de madrugada la llamada para liberar a dos personas que se habían quedado aisladas en su vivienda a causa de un derrumbe, no han recibido en el Ayuntamiento ninguna llamada desde el servicio ofreciendo ayuda o apoyo, asegura. 

"Yo esperaba una llamada de ayuda o de colaboración y aquí no he visto a nadie", se lamentaba Mateo, quien añadía que "no sé para qué tenemos Protección Civil, si cuando no están de servicio no puedes contar con ellos, para los fuegos no pueden venir, y ahora que tenemos inundaciones y ha habido mucho trabajo tampoco han aparecido los efectivos del servicio, ni nos han dicho nada". Esto es consecuencia de la reducción de efectivos que sufrió Protección Civil de la Comarca de la Litera, que llevó a que los profesionales adscritos al servicio no puedan cubrir más que unas horas al día, de 12.00 a 21.00 en verano, en lugar de ofrecer un servicio continuado. 

Los que sí han respondido rápidamente han sido los pueblos vecinos, que han ofrecido su apoyo para cualquier cosa, dice Mateo, como Albelda, que prestará la carroza para que salgan hoy en el desfile los representantes de la juventud, aunque también se ofrecieron las de Binéfar y Barbastro. Además, han sido varias las asociaciones de localidades vecinas que se prestaron voluntarias para ayudar. Entre los vecinos, inmersos ya en las fiestas patronales, las conversaciones eran ayer recurrentes y todas se referían a la impotencia que experimentaron ante la vorágine de los elementos. Aparentemente, casi todo ha vuelto a la normalidad, pero el recuento de daños sigue en todas las casas, porque el que no ha tenido inundaciones en su vivienda, ha visto arrasado su huerto o ha padecido desperfectos en su casa e instalaciones rurales o en sus plantaciones, afectadas en un amplio radio alrededor de Tamarite. 

Mari Cruz Pérez, del grupo que elabora las alfombras del Corpus, fue ayer a ver cómo había quedado el almacén municipal que derrumbó el viento, donde guardan el material que sobra cada año de la confección de las alfombras decorativas de viruta de madera. "Creemos que cuando se pueda entrar algo podremos rescatar, pero ahora mismo todo está bajo los escombros", comentaba.

Los daños se han repartido por toda la población, incluidas las instalaciones deportivas, como el campo de fútbol La Colomina, en el que el furioso viento levantó de cuajo el marcador electrónico y retorció sin piedad las vigas de 16 mm que sostenían las pancartas publicitarias de los patrocinadores y que había colocado el año pasado el CDJ Tamarite, cuyo equipo disputará hoy un encuentro en este campo con el RSD Santa Isabel, ambos de Tercera División. En las piscinas aledañas, varios árboles descansan en el suelo y hay desperfectos por todo el recinto, así como en las pistas polideportivas, aunque son de pequeña entidad, ya que el presidente de la Escuela Deportiva La Litera, Juan Antonio Rubio, considera que enseguida podrán reanudar la actividad en las mismas.