La polémica escultura de la avenida de los Danzantes se repara tras 8 años

Después de la caída de unas lascas, el autor revisa las piezas de la obra, colocada hace ocho años en una rotonda de Huesca.

Fotos de lluvia en el cruce de avenida de los danzantes y la calle Teruel
La lluvia vuelve a inundar Huesca

Una de las esculturas de la polémica trilogía de La Humanidad, que adorna las rotondas de la avenida de los Danzantes, en Huesca, está precintada desde hace varios días por el desprendimiento de algunas lascas de madera procedentes de las piezas que componen la estructura. El conjunto se inauguró hace ocho años y fue muy criticado por su coste, más de 500.000 euros en los que no entraba el trabajo del escultor, que fue gratis.


La caída de las astillas se advirtió durante los trabajos de jardinería de la glorieta y, a la espera de conocer su alcance y para evitar riesgos, el Ayuntamiento acordonó la zona, aunque esta no es lugar de tránsito para los peatones.


El autor de las obras, Vicente García Plana, examinó ayer la escultura con la ayuda de la escala del Servicio de Bomberos de Huesca y aseguró que «no hay peligro real» y que «la estructura está en perfectas condiciones». La figura, que recibió el nombre de La Convivencia, está formada por 2.300 tacos de madera obtenidos de traviesas de tren tratadas con creosota. Todas ellas están «cosidas» por más de 3.500 tornillos, según explicó el artista, que las realizó hace ocho años.


García Plana insistió en que los pedazos caídos no superan «el grosor de un lápiz» y aseguró que se podría haber evitado si se hubiera seguido el mantenimiento de una capa de linaza al año que él indicó como necesario para la conservación de la escultura. En todo caso, ayer comenzó a comprobar «taco a taco» su estado general. «Golpeo con un martillo para ver si la pieza aguanta el impacto y si noto que la madera se agrieta la atornillo», explicó.


El artista, junto a otros operarios de su taller y asegurado con sujeciones a la cesta de los bomberos, verificó gran parte de los bloques de madera, que configuran una especie de camino anclado al suelo por 100 barras de hierro macizo. El peso de la escultura ronda las 40 toneladas.


Pasarán todavía uno o dos días hasta que la obra esté totalmente revisada. Además de esta, García Plana comprobará el estado de las otras dos, colocadas en sendas rotondas de la misma avenida. «Se trata de prevenir el deterioro y por ello estoy pensando en aplicar un impermeabilizante que selle la madera y que evite la acción de la lluvia», señaló.