Las reservas de nieve en el Pirineo hacen prever una buena temporada de aguas bravas

Los descensos han comenzado con una notable afluencia esta Semana Santa gracias al deshielo y al buen tiempo

Un grupo de deportistas desciende el río Gállego
Un grupo de deportistas desciende el río Gállego

Con el deshielo en pleno apogeo y abundantes reservas de nieve todavía en el Pirineo, las empresas de deportes de aventura prevén una buena temporada de aguas bravas que les permita luchar contra la crisis. Hay caudal suficiente en los ríos para navegar por el Gállego, el Ésera, el Ara o el Cinca. La campaña arrancó a mediados del pasado mes de marzo, si bien el pistoletazo oficial lo dieron esta Semana Santa, en la que el tiempo favoreció la afluencia de turistas. Ahora los empresarios confían en que la meteorología les permita llegar hasta mediados de octubre.


"Prevemos una buena campaña. Igual no tanto como en 2013, que fue histórica, pero las reservas de nieve y de los pantanos son esperanzadoras para llegar hasta el Pilar", asegura Gustavo Ortas, presidente de la Asociación Gállego Activo, que aglutina a diferentes negocios de Murillo de Gállego, una localidad que abandera el turismo de aguas bravas. Rozando el cierre del mes de abril, todavía quedan más de 3 metros de nieve en Izas (Canfranc), 2,5 en Bachimaña (Panticosa) y 1,3 en el refugio de la Renclusa, a los pies del Aneto, según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Ebro.


40.000 aficionados al año


"Dependemos de cómo se administren esas reservas para alcanzar octubre", añade. Y es que no oculta que ellos también ansían un convenio como el que tienen en la zona del Ésera con los gestores de los pantanos para garantizar la temporada acuática. No en vano, sus negocios mueven a miles de personas. Por su zona, calculan, pasan cada temporada unos 40.000 aficionados, una cifra que es prácticamente la mitad que hace cinco años, antes de comenzar la crisis.


En el Ésera también han arrancado con fuerza en los días previos a la Semana Santa y confían en aguantar bien todo el verano. "De momento ha ido mejor que el año pasado. Ha hecho buen tiempo y la gente se ha animado", comenta Josero Martínez, de la empresa Ésera Aventura de Campo. A pesar de que disponen de un convenio con las centrales hidroeléctricas, el hecho de que haya importantes reservas de nieve en el Pirineo les genera tranquilidad, "porque resulta más fácil mandar agua al cauce cuando hay superávit". Añade que el deshielo prolongado les proporciona "caudales en primavera espectaculares y continuidad durante el verano".


Sobrarbe sí depende más de la acumulación de nieve en las montañas, por eso este año cuando miran al norte y ven las cumbres teñidas de blanco piensan en que puede ser excepcional. Y es que Francisco Mozota, de TT Aventura, empresa que abre sus puertas en Aínsa, reconoce que en el Ara y el Cinca solo pueden navegar hasta mediados de junio o principios de julio "si el año es bueno", añade. No obstante, ellos también surcan las aguas del Ésera, por lo que valoran muy positivamente el acuerdo con las hidroeléctricas para garantizar el caudal, y también en Mediano, "que ahora está precioso".


El paraíso de los barranquistas


Porque aunque el rafting es el rey, hay otros muchos deportes acuáticos como el kayak, el hidrospeed o la banana loca. Y por supuesto, los barrancos. Para los amantes de este deporte, Guara es su paraíso.


"La temporada siempre arranca en Semana Santa, caiga en las fechas que caiga", asegura Alfonso Puicercus, de la empresa Avalancha de Alquézar, pionera en la Sierra de Guara, uno de los paraísos de los aficionados al barranquismo. Este año, asegura, el hecho de que las fiestas hayan sido a mediados de abril y de que haya hecho sol les ha beneficiado para iniciar la temporada en los afluentes del Vero. "Los ríos llevan menos caudal y hemos trabajado mejor", añade.

Sin embargo, ellos no dependen de la nieve en esta zona. "Son manantiales. Si hay nieve aguantan más, pero dependemos de que llueva para alargar la temporada", añade.


En el Pirineo, donde también se concentran muchos descensos, sí que dependerán de la nieve porque el deshielo y el alto caudal de muchos ríos impide su descenso. Hasta el mes de julio no llegará el turno de muchos. Precisamente en estas fechas es cuando mayor ajetreo esperan las empresas de aventura: los fines de semana de julio y sobre todo agosto. Para ellos, reconocen, son los meses de mayor afluencia y confían en que las reservas les permitan llegar en buenas condiciones a esta cita clave para su economía.


Y es que, comentan todos, no es fácil luchar contra la crisis. Incluso hay quien añade que la subida del IVA del 7% al 21% (aumento que no han repercutido en los precios) también ha hecho mella en sus cuentas. La fórmula de la mayoría es mantener las tarifas, a lo que algunos suman, como Avalancha o TTAventura, una larga trayectoria.