Los oscenses celebran la reforma del Coso, pero creen que hay «demasiadas» calles peatonales

Cientos de personas ‘procesionaron’ ayer por el primer tramo que se abre al tránsito después de 5 meses de obras.

El Coso Bajo de Huesca fue ayer escenario de una gran procesión que nada tenía que ver con los desfiles religiosos de esta Semana Santa. Y es que cientos de oscenses no dejaron pasar la oportunidad de estrenar el nuevo tramo entre los Porches de Galicia hasta la plaza de San Lorenzo, que quedó despejado de vallas y con el nuevo mobiliario urbano totalmente desempaquetado después de cinco meses de obras.


Aunque todavía quedan dos semanas para que se inaugure oficialmente el tramo completo –queda por concluir la reurbanización de la confluencia de las Cuatro Esquinas–, el 80% ya está a disposición de peatones y ciclistas ya que cabe recordar que es una de las zonas calificadas como estanciales en el nuevo plan de peatonalización por lo que no podrán circular vehículos, salvo los de limpieza y de emergencias.


Las primeras valoraciones del imagen que ofrece el Coso Bajo fueron más que positivas, aunque muchas también coincidieron criticar el ambicioso plan de peatonalización impulsado por el equipo de gobierno del PP por considerar que se han cortado al tráfico «demasiadas» zonas. Y es que desde el 21 de septiembre de 2013 hay severas restricciones para circular por 102 calles y plazas.


La inmensa mayoría de los oscenses celebró la renovada imagen de una de las calles más representativas del centro de la ciudad. «Está mucho mejor que antes porque ahora se puede pasear tranquilamente», afirmó Aída Alconchel, para quien la peatonalización de la calle «perjudicará a alguna tienda, pero en general beneficiará al comercio porque antes, cuando pasaban los coches, era imposible parar, y ahora es más fácil llegar», dijo. Pero pese a estar a favor de la remodelación del Coso, cuestionó el plan de peatonalización «porque se han pasado cortando calles y ahora hay que dar muchas vueltas para ir a cualquier sitio», dijo. «Para mi, tendrían que haber peatonalizado el Coso y ya vale», resumió.


La peatonalización ha generado opiniones contrarias entre amigos, familiares y parejas, como la de Asun Alsina y Luis Español. Este último se confesó partidario de la remodelación acometida en el Coso «porque me parece que había que revitalizarlo de alguna manera y esta es una buena forma». Además, como peatón y usuario habitual de la bici, defendió que haya espacios «para caminar tranquilamente, porque me gusta que los coches no estén por todos los lados». Aseguró que la reordenación de tráfico que ha conllevado no le ha afectado «porque solo cojo el coche si tengo que ir lejos a cargar algo».

«Dudo que se vaya a revitalizar»

Sin embargo, su pareja, Asun Alsina, manifestó más dudas sobre los beneficios de estas medidas. «Por un lado ahora me obliga a ir más caminando, algo que no me parece mal. Pero no tengo tan claro que con peatonalizar el Coso ya se vaya a revitalizar el comercio, al menos por ahora». Reconocí que «a la larga» quizá le acabe convenciendo «pero hoy por hoy todavía hay que demostrar algunas cosas», insistió.


Además, considera que el plan de peatonalización impulsado por el Ayuntamiento de Huesca ha sido «demasiado extenso» y por ello entiende las críticas que ha generado en muchos colectivos «porque estábamos acostumbrados a ir con el coche hasta las puertas de los sitios y esto nos ha pillado un poco de sorpresa».


Sin duda, uno de los principales beneficios que ven los oscenses es haber eliminado el intenso tráfico que hasta hace solo cinco meses soportaba el Coso. «Para mí está mucho mejor ahora porque ya no te molestan los coches», afirmó Francisco Casco, un andaluz que lleva 7 años afincado en Huesca y que ayer salió a pasear para estrenar la nueva calle.


Elena Castellar, que ayer ya estrenó los nuevos bancos de madera que adornan el Coso Bajo, valoró la remodelación «porque ahora hay una amplitud fenomenal y puedes pasear y acceder a las tiendas y a las cafeterías con más facilidad, y además puedes ir mejor con los carros de los niños, algo que antes era difícil». Sin embargo, como conductora cuestionó las dificultades que hay ahora para circular por la ciudad. «Probablemente haya demasiadas calles aledañas peatonales. Además, al quitar una vía de circulación importante como el Coso, las alternativas que hay ahora están muy alejadas», manifestó. Por ello, reconoció para llegar al centro ahora apenas coge el coche «porque el aparcamiento, además de que hay que pagarlo, te deja más lejos con lo que te compensa más venir andando». 

«Nos encanta cómo ha quedado»

Ana Torrecilla y María Teresa Alvira, dos amigas que también salieron a pasear, se mostraron encantadas con la nueva imagen de la calle. «Quizá, como no tengo coche ni soy conductora lo veo desde otra perspectiva, pero me gusta cómo está quedando», dijo la primera de ellas, quien admitió que el plan de peatonalización es un cambio «muy radical» para una ciudad como Huesca. «Lo hagas de una manera u otra, siempre habrá quien proteste. Pero creo que nos habituaremos», añadió. El único pero que le ve es haber sacado el transporte urbano del centro «porque quizá podrían poner un microbus que pasara por el Coso pensando en las personas mayores».


Por su parte, María Teresa Alvira coincidió con la opinión de su amiga y en su caso lamentó que diez de los veintitrés locales comerciales de la calle estén vacíos «porque dicen que piden muchísimo dinero», y también el mal estado del edificio de Nuevas Sederías y del solar de Luces de Bohemia. «Es una pena que esté esto así en pleno centro de Huesca», señaló. Sin embargo, espera que ahora que la calle está remodelada, haya comerciantes que se lancen a reabrir estos locales.

«Dejarlo como toda la vida»

Con todo, también hubo oscenses que no escondieron su total rechazo a la peatonalización del Coso. «Estoy totalmente en contra y además no me gusta cómo lo han dejado», aseguró Sara Foncillas, para quien el Ayuntamiento de Huesca debería haber dejado esta calle «como toda la vida». Y es que como usuaria habitual del coche, ahora encuentra muchas trabas para circular por la ciudad «y además hay que pagar por aparcar en todos los sitios», criticó.