Ganadería

Sarga dona 150 burros para ahorrarse su mantenimiento

Los animales, cedidos a la empresa pública en 2006 por un particular, eran utilizados para la realización de cortafuegos.

Imagen de archivo de varios burros pastando.
Sarga dona 150 burros para ahorrarse su mantenimientoLos animales, cedidos a la empresa pública en 2006 por un particular, eran utilizados para la realización de cortafuegos.
Sarga

La Sociedad Aragonesa de Gestión Ambiental (Sarga) ha decidido ceder de forma gratuita su cabaña de cerca de 150 burros, al no poder hacer frente a su manutención. Los animales servían hasta el momento para el mantenimiento de cortafuegos en el Prepirineo oscense y zaragozano, utilizando las zonas de monte como pastos. Según fuentes de la empresa pública, el rebaño procede de la cesión de 47 ejemplares al Gobierno de Aragón por parte de un particular en 2006. El titular otorgó la explotación, aunque no su propiedad. «Se realizó lo que se denomina un contrato de ‘comodato (préstamo de uso) de semovientes’ (animales de granja), un acuerdo por el cual cedía el ganado de forma gratuita para usarlo con dicho fin».


Los cortafuegos se realizaban entre los meses de marzo y octubre, en grupos de entre 30 y 40 burros. El resto del año, la totalidad de la cabaña permanecía en una extensión de 1.000 hectáreas de superficie forestal situada en el término municipal de Sabiñánigo, donde, según apuntan desde la sociedad pública, «cuentan con la infraestructura básica propia de cualquier ganadería extensiva». Esto es, pastando en libertad dentro de una zona vallada y dividida en parcelas.


Sarga se comprometió a mantener la cabaña y a restituir los animales una vez finalizado su uso, con gastos a cargo de una línea de financiación de la Dirección General de Gestión Forestal. Pero los ejemplares se han ido reproduciendo hasta triplicar el número inicial y, sin embargo, la planificación presupuestaria del Ejecutivo aragonés para 2014 no cuenta con un montante suficiente para su adecuado mantenimiento. Por ello, con el consentimiento del dueño, se ha tomado la decisión de donarlos sin obtener beneficio económico alguno y siempre a solicitantes «que puedan garantizar su futuro».


Entre las condiciones también figuran no utilizar las reses con fines comerciales en un periodo mínimo de tres años, ni destinarlas al consumo de carne. El receptor tiene que asumir el coste del traslado y ocuparse de los trámites relacionadas con la titularidad e identificación del asno. «Además, deberán cumplir con la normativa en materia de ordenación zootécnica, sanitaria y de bienestar animal aplicable a este tipo de ganado», subrayan desde Sarga.


La oferta se ha realizado a través de las oficinas comarcales agrarias (OCA) y los servicios provinciales de Agricultura, entre otros organismos vinculados con el sector primario. «También ha funcionado al boca a oreja, y han sido muchos los particulares que se han interesado», indican.

Del monte a la escuela

En estos momentos, la totalidad de los ejemplares está comprometida, a la espera de formalizar la cesión. Los animales se entregarán vacunados y desparasitados. Entre los beneficiarios se encuentran granjas escuela, asociaciones relacionadas con la ganadería y particulares. Tanto Sarga como el departamento de Agricultura han lamentado no poder continuar con la gestión de los animales, pero agradecen al dueño la oportunidad «de garantizar la continuidad de la cabaña con fines sociales y medioambientales».