Cuatro detenidos

Los ancianos de Laluenga levantaban sospechas en el pueblo desde hace años

La víctima denunció las agresiones en un bar y la primera denuncia se produjo, al parecer, en 2009.

El zulo en el que encerraban a las mujeres
El zulo en el que encerraban a las mujeres

"La chica que denunció se refugió en el bar cuando se fue de casa de los ancianos y allí pidió el número de la Guardia Civil". Es el relato que realiza la alcaldesa de Laluenga (comarca de Somontano), Cristina Juárez, después de la detención de los dos ancianos de 83 y 85 años para los que trabajaba la mujer en la localidad. En total, se piensa que los detenidos infligieron, presuntamente, vejaciones y abusos a más de 30 mujeres en cuatro años, la mayoría inmigrantes, que acudieron al domicilio de la pareja para trabajar como empleadas domésticas. También se ha detenido a dos vecinos de Barbastro, encargados de su captación. "Al día siguiente de que tuviera lugar la denuncia en la Guardia Civil, detectamos que había problemas mayores. Hablamos con la chica, para ver si se habían dado más hechos que fuesen denunciables y en ese momento se inició la investigación", relata Juárez.


Como explica la primera edil de la localidad, la investigación comenzó hace alrededor de dos meses, gracias a la colaboración de los servicios sanitarios, el Ayuntamiento y la Guardia Civil. Al parecer, hubo ya un primer antecedente en 2009. Entonces, la víctima recurrió también al bar de la localidad, donde relató que el matrimonio no le quería pagar los días que le debían y que además, se negaba a entregarle ropa de su propiedad.


En la localidad ya se sospechaba que había algo que no marchaba bien, pero no que se tratara de una situación tan grave. "Se escuchaban comentarios, como de que había chicas a las que de repente se dejaba de ver, también sobre lo peculiares que eran esta pareja de ancianos", asegura la portavoz municipal. Llamaba la atención, además, que las presuntas víctimas "no utilizaban los servicios sanitarios". Los rumores se acrecentaron después de que se conociera que la Guardia Civil les había tomado declaración una vez se denunciaron los hechos. Los acusados, además, no tenían mucha relación con el resto de habitantes, al tener su domicilio fuera del casco urbano. Los vecinos conviven ahora con medios de comunicación venidos también de fuera de la comunidad autónoma en busca de información. Mientras, los presuntos autores continúan viviendo en su domicilio al tiempo que sigue la investigación.


"La esclavitud del siglo XXI"

La alcaldesa siente, por otra parte, "la publicidad negativa" que, en su opinión, tiene ahora la localidad después de que saltar la noticia, cuando "hemos sido capaces de detectar el problema y denunciarlo". Para la primera edil, se trata de un suceso que destapa lo que viene a ser "la esclavitud del siglo XXI, en la que nos aprovechamos de gente que cree que no cuenta con defensa alguna". Teme, además, que si bien se trata de uno de los primeros casos de este tipo que se ha denunciado, "puede que no sea el único". Anima, de este modo, a que se denuncien aquellas situaciones que puedan resultar similares a las vividas en esta pequeña localidad de la comarca de Somontano. "Quizá no se trate de una situación tan extraña como parece en un principio y si hay algo positivo que debe salir de esta historia es que a partir de ahora seamos todos capaces de detectar si puede estar sucediendo lo mismo en nuestro entorno más cercano con el fin de denunciarlo".