Huesca

El Ayuntamiento de Sijena expropiará la sala capitular si no regresa por vía judicial

El pleno municipal ya aprobó el inicio del proceso en marzo, pero lo dejó en suspenso por las negociaciones de la DGA con la orden religiosa propietaria para reclamar las obras.

Salillas, en la sala capitular de Sijena de la que fueron arrancadas las pinturas en 1936.
El Ayuntamiento de Sijena expropiará la sala capitular si no regresa por vía judicial
RAFAEL GOBANTES

Huesca. El Ayuntamiento de Villanueva de Sijena está dispuesto a conseguir la devolución de las valiosas pinturas murales de la sala capitular del monasterio de la localidad a cualquier precio. Tanto es así que no descarta llegar en último término a su expropiación, en caso de que no prosperen las medidas judiciales que el Gobierno de Aragón acaba de anunciar contra el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), donde se exhiben tras ser arrancadas y trasladadas a Barcelona poco después de comenzar la Guerra Civil.


El alcalde sijenense, Alfonso Salillas (PAR), ha mostrado su intención de avanzar por este camino una vez que la DGA ha decidido acudir a los tribunales, transcurrido sin respuesta el plazo dado al centro expositivo para contestar a su requerimiento de devolución del conjunto pictórico, ya que, según un informe de los servicios jurídicos del Ejecutivo, no hay «ningún título jurídico que justifique su posesión, ni siquiera depósito formalmente constituido».


Con estos argumentos, Salillas afirma que «todo apunta a que nos darán la razón en los tribunales» y estos fallarán a favor de la vuelta de las pinturas al monasterio, propiedad de la orden de San Juan de Jerusalén, pero a la espera de que se concreten estas acciones judiciales y se tramiten, el primer edil advierte de que si el resultado es negativo, recurrirán a la expropiación. De hecho, el pleno del Ayuntamiento ya acordó el pasado 26 de marzo iniciar este proceso, «vista la escandalosa situación en la que se encuentran las pinturas».


No obstante, al informar de esta decisión al Gobierno de Aragón, que tiene las competencias en materia de patrimonio, sus responsables pidieron al primer edil que lo paralizara puesto que en ese momento «existían negociaciones con la comunidad religiosa y estaban a punto de obtener los poderes para reclamarlas en su nombre», explica Salillas. Finalmente esos contactos fructificaron y en junio se anunció el acuerdo para legitimar a la DGA como parte de un eventual proceso judicial que, tras no surtir efecto el requerimiento administrativo al MNAC, se iniciará en breve.


Aunque se muestra «satisfecho» por los pasos que está dando el Gobierno de Aragón en los últimos meses, el alcalde de Villanueva de Sijena tiene claro que la otra alternativa es la expropiación a la orden propietaria «por razón de interés social», que el pleno considera «obvio y claro». En este sentido, el texto aprobado en marzo recuerda que sendas órdenes ministeriales de 1941 y 1951 exigieron la reintegración de las pinturas murales al monasterio una vez restaurada su sala capitular, «momento que felizmente ha llegado ya», recuerdan. Además, la Corporación, que no olvida «los años de continuas reivindicaciones del pueblo de Sijena», afirma que la expropiación también se justifica y «urge» porque «no queda ya ninguna monja de la comunidad sijenense» –las actuales moradoras del cenobio pertenecen a las hermanas de Belén–.


Según el acuerdo plenario, el conjunto sería reintegrado al monasterio, Monumento Nacional desde 1923 y, como tal, Bien de Interés Cultural (BIC), catalogación que abarca todo su contenido, incluidas las pinturas. Estas se instalarían «preferentemente en la sala capitular». En todo caso, el texto deja claro que la Iglesia católica tendría un trato «singular», ya que «no se le quiere privar del uso de los citados bienes».


El siguiente paso sería notificar esta resolución al departamento de Cultura del Gobierno de Aragón para que pudiera ejercer su derecho preferente de expropiación. Tendría un plazo de quince días y si desiste, el Ayuntamiento seguiría con el proceso y nombraría una comisión de expertos para tasar las pinturas con el fin de fijar el justiprecio que se pagaría.