Huesca

La Casa Canguro de San Juan de Plan cierra por falta de dinero

Feaccu no cuenta con medios económicos suficientes para mantener abierto un centro que da servicio a todo el valle de Gistaín.

Imagen de la casa canguro
Imagen de la casa canguro
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La Casa Canguro de San Juan de Plan no volverá a abrir sus puertas después de las vacaciones de verano, el próximo día 16. La falta de financiación ha sido la causa de que no puedan realizar su ingreso los cinco niños del municipio que tenían prevista su asistencia el próximo curso. El centro, que abrió sus puertas a comienzos de 2006, dependía hasta el momento de los fondos aportados por la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios (Feaccu), principal impulsora de este tipo de centros en la provincia de Huesca, además de las subvenciones aportadas desde el Ayuntamiento del municipio y la Comarca de Sobrarbe.


Como explica la portavoz de Feaccu en Huesca, Trinidad Valdobinos, la entidad que preside se ha ocupado los tres últimos años de la financiación del centro infantil durante los primeros seis meses. “El resto del año no nos lo podíamos permitir, por lo que hicimos llamadas al Ayuntamiento y a la Comarca para que se hicieran cargo”, relata Valdobinos. Sin embargo este curso, como explica, las instituciones no pueden hacer frente a los gastos totales que supone la apertura de estas instalaciones los otros seis meses, que están destinadas al cuidado de niños de hasta tres años de edad y a la que acudían este curso pequeños de las localidades de Gistaín, Plan y Saravillo.


“Nos dijeron que durante julio y agosto sí sería posible, pero que después ya no había suficiente dinero”, relata Valdobinos, quien renuncia, por otra parte, a tirar la toalla. “Espero que podamos conseguir de algún sitio el dinero necesario, esta es una de las zonas de la provincia en las que más se necesita, ya que se encuentra en un valle (el de Gistaín) de difícil acceso, a una distancia de unos 40 minutos en coche hasta Aínsa”, recuerda la presidenta de Feaccu en Huesca. “Da mucha pena, porque no se trata de un problema de falta de niños, sino de falta de financiación”, añade Valdobinos.


“Cerrábamos por vacaciones del 1 al 15 de septiembre, pero no nos va a ser posible retomar la actividad”, señala, por otra parte, Cristina López, encargada del centro. Como explica, este año no cuentan con las subvenciones necesarias para ello “y no hay ninguna institución que nos la pueda conceder, ya que no cuentan con medios para ello”. Agradece la lucha que mantiene Feaccu “para sacar de donde no hay, pero sus posibilidades son también limitadas”. En su opinión, el cierre de este servicio “supone perder una gran ayuda para las familias con niños que trabajan, además de un espacio que propicia que los niños se junten, se conozcan e interactúen entre ellos”. Desde la apertura del centro han sido, explica, 40 los niños que han pasado por la Casa Canguro.


La alcaldesa de San Juan de Plan, Natividad Puértolas, admite, por otra parte, que el Ayuntamiento “no puede asumir todo el coste”. El consistorio es el propietario del inmueble en el que está instalado el centro infantil. La primera edil espera poder reunirse en breve con representantes de Feaccu, así como de la Comarca y los responsables del centro con el fin de encontrar una solución. Teme, sin embargo, que la única medida posible sea lograr una subvención. El centro puede optar, por otra parte, a las ayudas para escuelas infantiles que convocará en unos días la Comarca de Sobrarbre, como ha informado su presidente, Enrique Campo. Campo asegura así que es “vital” para su entidad “apoyar este tipo de infraestructuras”, por el servicio que brindan en zonas como el valle de Gistaín. Otra cosa será que la ayuda concedida sea suficiente para cubrir los gastos de los otros seis meses que no paga Feaccu.

Amigos de otros pueblos

A los padres les queda como alternativa la escuela infantil de Aínsa. Sin embargo, como señala una de las madres de las familias afectadas, “se encuentra a media hora de autobús de donde vivimos y las carreteras de esta zona no son las mejores y en invierno, mucho menos. Desde otras localidades se puede llegar a tardar hasta 40 o 50 minutos”. Lo que más le preocupa, por otra parte, es la dificultad que tendrán a partir de ahora los niños del valle para relacionarse entre ellos. “Los niños que van a la Casa Canguro tienen a sus amigos en otros pueblos y en algunos casos son los únicos de su edad que hay en el pueblo. Si dejan de asistir puede que no vuelvan a verse hasta el instituto”, asegura esta madre. Añade además cómo, en su caso, “si no es por este espacio no me va a ser posible incorporarme al mundo laboral”.