Transporte

Unas 300 personas paran el tren en Caldearenas para protestar por la eliminación de paradas

Varios manifestantes bajaron a las vías para impedir el paso de un convoy y leyeron un manifiesto muy crítico.

Algunos de los concentrados esperaron la llegada del tren en la vía para obligarlo a parar.
Unas 300 personas paran el tren en Caldearenas para protestar por la eliminación de paradas
LAURA ZAMBORAÍN

Caldearenas. Hace un mes que el tren que pasa a las 18.15 por Caldearenasno realiza su parada, tras los últimos cambios efectuados por Renfe. Pero el lunes se detuvo a la fuerza ya que unas 300 personas impidieron que siguiera su ruta para manifestar su desacuerdo por los nuevos horarios y la supresión de las paradas en esta estación y en la de Anzánigo.


Están muy indignados por el trato recibido y por ello vecinos de Caldearenas, Javierrelatre, Anzánigo, La Peña, Triste y Riglos se concentraron ayer en la estación de Caldearenas bajo el lema ‘¿Será por huevos?’. De hecho, cada asistente sostuvo un huevo en cada mano para demostrar que los ciudadanos del ámbito rural también tienen motivos para expresar su rabia e indignación ante la pérdida de servicios básicos. También llevaron sus pancartas y silbatos. A las 18.30, con un poco de retraso, cuando el tren ya se escuchaba y veía en el horizonte, algunos participantes en la protesta no se lo pensaron e invadieron las vías para detener al convoy procedente de Zaragoza y con destino Canfranc.


Un tren que ya no para en esta estación porque debido a los recortes de Renfe, este municipio únicamente dispone ahora de dos servicios, a las 11.22 del convoy que sale de Zaragoza y a las 19.04 del que viene de Canfranc. Es decir, se han eliminado las paradas de las 7.00 del tren procedente de Canfranc y la de las 18.15, del que sube de Zaragoza. Con estos horarios, los vecinos de Caldearenas, Anzánigo, La Peña y Riglos no pueden utilizar este medio de transporte para ir a Huesca o Zaragoza por la mañana al médico o a hacer otros recados, y volver por la tarde.


El tren permaneció parado 8 minutos a unos metros de los manifestantes y mientras tanto, una vecina de Caldearenas, Irene Pascual, leyó un comunicado. Fue ella la elegida porque toda su vida ha trabajado para Renfe como guardabarreras y ya su padre estaba vinculado al ferrocarril. Y por eso fue la primera que quiso mostrar su malestar con esas medidas.


A los habitantes de estos pueblos «nos apartan de un servicio público que también sale de nuestros impuestos y por eso sentimos indignación y hasta se nos falta al respeto con este comportamiento», apuntó. «Todos los días vemos cómo pasan los trenes vacíos y además viejos, y no entendemos por qué no pueden parar como lo hacían antes, porque no les supone nada», añadió. Tras leer el manifiesto, los asistentes cogieron un huevo en cada mano, sin lanzarlos, y dejaron pasar el tren.


El alcalde de Caldearenas, Alejandro Castán, quiso mostrar su agradecimiento por la buena respuesta de los vecinos ante esta concentración. «Estoy muy contento, no esperaba tanta gente», reconoció. «Tanto el Gobierno central como el de Aragón deberían cuidar más a los aragoneses y sus intereses, porque nosotros no nos merecemos esto», indicó. «No deben permitir estos desaires» ya que la DGA le paga a Renfe «más de lo que vale el servicio y permite que se nos ridiculice a todos los aragoneses».


Otra protesta el sábado

Pero aquí no acaban las protestas. De momento se ha convocado otra concentración el sábado en La Peña a las 17.30. «Vamos a dejar que pase agosto y si a finales de septiembre no ha habido cambios iremos a manifestarnos a Zaragoza», anunció Castán. Recordó que solo piden recuperar las cuatro paradas al día, que pueden ser facultativas, y unos horarios dignos.