Huesca

La basílica de San Lorenzo, en lucha contra las palomas

El templo ha instalado un nuevo método disuasorio para proteger la torre.

Una grúa transporta a los operarios que trabajan la fachada de la basília.
Grúa en basílica de San Lorenzo
JAVIER SÁNCHEZ

Una grúa de grandes dimensiones, situada frente a la basílica de San Lorenzo, llamaba estos días la atención de los oscenses. Se ha ocupado de transportar a los operarios de la empresa contratada por la iglesia con el fin de reparar y reforzar el sistema disuasorio para palomas. Como explica el párroco, Manuel Malo, se instaló en su momento un sistema electrostático que no alejó, sin embargo, las aves del histórico inmueble. “La torre se ha restaurado, además, recientemente, por lo que pensamos que había que protegerla de algún modo”, señala Malo. Como señala el religioso, se trata de un inmueble en el que es habitual la presencia de estas aves, dado que su fachada cuenta “con numerosos huecos y recovecos en los que les gusta anidar”.


A la espera de que llegue la factura por parte de la empresa encargada de realizar estas labores, el sacerdote calcula el coste de la operación en alrededor de 12.000 euros. “Más que daños, las palomas causan mucha suciedad, por eso creemos que es importante atajar este problema antes de que sea demasiado tarde”, afirma Malo. No es este el primer templo oscense que sufre este tipo de problemas. En mayo del año pasado, en la iglesia de Santa Teresa, en pleno centro de la capital oscense, fue necesario, instalar, igualmente, un sistema anti palomas, además de reparar los daños que habían causado las aves en la fachada. La portada lateral de la catedral, es también otro de los enclaves utilizados por estas aves para anidar.

Calle cortada al tráfico

Los trabajos en la basílica de San Lorenzo se han llevado a cabo con la utilización de una grúa cuyo brazo alcanzaba la parte más alta del edificio y ha obligado, además, a cortar la calle de San Lorenzo durante la mayor parte del día, dado que las grandes dimensiones de esta máquina, que fue retirada la tarde del jueves, impedían el paso de vehículos. Los vecinos con garaje en la zona tuvieron que tomar así caminos alternativos para acceder a su plaza. Para los peatones se habilitó, por otra parte, un paso en el extremo opuesto de la vía.


Otra de las preocupaciones del párroco es la pintada que ha aparecido recientemente en el muro lateral, en la plaza de los Urreas. Se trata así de un acto vandálico habitual en esta parte del templo, ya que, como explica el sacerdote “basta que quitemos una para que hagan otra”. Estudian, en principio, cubrir con una pintura similar al color de la piedra esta parte del muro.