Continúan las obras en Canfranc para rehabilitar la estación como museo

Los obreros volvieron el pasado jueves a la estación de Canfranc para emprender la rehabilitación del vestíbulo, que se va a convertir en un espacio museístico. Se abrirá a los visitantes alrededor del próximo 7 de julio después de siete años cerrada.

Después de comprarla al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) por 710.000 euros (310.000 por su valor catastral y 400.000 del proyecto de la nueva estación y el haz de vías), el siguiente paso que va a dar el Gobierno de Aragón va a ser reabrirla y enseñarla al público.

El lavado de la imagen del vestíbulo se ha contratado por Suelo y Vivienda con la constructora Coanfi de Graus por 135.000 euros, tras una rebaja del precio inicial licitado de un 30%.

El plan incluye también la conversión del centro de la estación en un espacio museístico para que los turistas puedan conocer su historia a través de 17 paneles informativos que se colocarán en las puertas y pantallas que proyectarán vídeos o documentales.

Varias empresas museísticas aragonesas han sido invitadas por la DGA para que oferten sus propuestas con proyectos cuyo precio inicial es de 25.000 euros. El tiempo para ejecutar su trabajo será de apenas un mes.

Una hora para conocerla

La visita guiada estará organizada por el Ayuntamiento de Canfranc con su personal de la Oficina de Turismo. Está previsto que se prolongue a lo largo de una hora y el precio de la entrada será de tres euros por persona.

«Vamos a procurar que sea lo más ameno posible con una visita que supone la apertura del vestíbulo y recuperar la estación cerrada hace siete años», explicó ayer el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez.

El recorrido previsto es desde la entrada a la estación hacia la torre sur, tras cruzar el río Aragón, y entrar en un subterráneo de un túnel por el lado francés hasta llegar al vestíbulo.

Los dos túneles que tiene la estación van a ser revisados por Suelo y Vivienda para validar el paso de los visitantes y evitar cualquier accidente. Aun así, se va a garantizar que los minusválidos puedan acceder por la plataforma que rodea a la terminal.

Una vez que se asegure ese paso, la entrada al vestíbulo se podrá realizar también por las escaleras que facilitan el acceso desde el túnel central al que se llega en la entrada principal de la estación.

Las antiguas taquillas de madera donde se expendían los billetes están guardadas para que se restauren en un proyecto del Ayuntamiento de Canfranc, en el que colaborarán carpinteros y otros vecinos del municipio fronterizo.

El alcalde canfranqués apunta que ese mobiliario histórico se irá reponiendo a la estación para sumarse al vestíbulo a lo largo del próximo verano. Los miles de turistas que acuden todos los meses estivales al Pirineo aragonés podrán entrar este año de manera ordenada a la estación de Canfranc para ver sus entrañas.

La DGA va a instalar luz en el vestíbulo y una serie de cámaras de vigilancia para dotar de seguridad al edificio que ha sido víctima del vandalismo y los robos en los siete años que lleva cerrado.

También se pone en marcha un estudio sobre la decoración del vestíbulo de la estación con el departamento de Historia del Arte para que la actuación de Suelo y Vivienda respete esas coordenadas. Uno de los símbolos que quedan en las paredes son los dos escudos de la República francesa y el de España en 1928, en la dictadura de Primo de Rivera.

Alquiler de más terreno

El ADIF y el Gobierno aragonés mantienen conversaciones para ampliar el terreno disponible alrededor de la estación con 10.000 metros cuadrados. Supondría trasladar la llegada del tren en la parte sur. De esta manera, el Ayuntamiento de Canfranc podría plantearse que la entrada a la terminal podría ser la plaza central del municipio.

El acuerdo definitivo entre las dos administraciones supone la construcción de la nueva estación en la parte oeste y la construcción del haz con siete vías. El coste de esta parte próxima al paseo de los Melancólicos supondrá una inversión de cuatro millones de euros. De momento, la DGA ya ha costeado el proyecto del nuevo edificio y las vías en esa zona que firmó el arquitecto José Manuel Pérez Latorre. Ahora falta firmar su ejecución con el ADIF.