Huesca

Los comerciantes esperan que las obras de Ramón Berenguer atraigan a más clientes

Los trabajos durarán tres meses, durante los que los accesos permanecerán cerrados.

La calle de Ramón Berenguer en Huesca
Los comerciantes esperan que las obras de Ramón Berenguer atraigan a más clientes a la zona
J.S.

Los vecinos y comerciantes de la calle Ramón Berenguer de la capital oscense llevan ya dos semanas conviviendo con las obras de peatonalización de la vía, en la que es la primera actuación del Ayuntamiento oscense en su proyecto de abrir el centro urbano a los viandantes. Les quedan todavía tres meses por delante, durante los que tendrán que acostumbrarse a la presencia de las máquinas y los obreros. Esperan, por ello, la mayoría esperan que las molestias que toca sufrir ahora acaben mereciendo la pena en el futuro.


“Las obras ya se sabe que estropean el comercio. Además, estos días está lloviendo y es peor todavía, la gente prefiere quedarse en casa. En mi caso, no tengo entrada por otras calles, tan solo por esta. Pero bueno, hay que aguantar”. Son las palabras de resignación de José Gabriel, desde su negocio, una cuchillería que lleva el apellido de la familia. Para acceder a su comercio, los viandantes deben caminar sobre el firme levantado y pasar, en ocasiones, cerca de las máquinas.


Sobre si este proyecto municipal es o no un acierto, asegura que “el tiempo dirá”. “Hay gente que está acostumbrada a hacer sus compras parando con su vehículo en cada tienda, por lo que, en este sentido, puede ser para peor, pero con el tiempo, lo sabremos”, añade. Espera así que el parking de la plaza de San Antonio, ahora en construcción, facilite el día a día de los conductores. Desde la plaza de Navarra se accede, por otra parte, a una sucursal de Bantierra. Según su responsable de relaciones institucionales, José Ángel González, están viviendo “las incomodidades habituales”, aunque, como dice, asumen “que se trata de una mejora general del entorno”.


María Elena es vecina de uno de los portales de esta calle. Conserva, de momento, la acera, desde la que puede acceder a las calles colindantes y ya peatonales, de San Orencio y Santa Paciencia. “Yo no estoy teniendo ningún problema, ni para entrar, ni para salir, ni por los ruidos, ni por las molestias”, comenta. Se muestra, además, “contenta de que se estén realizando estas obras”. “Pienso, además, que va a servir para renovar las infraestructuras que quedan bajo tierra, por lo que saldremos beneficiados todos. Además, el Ayuntamiento nos ha asegurado que nos va a dar todo tipo de facilidades”, afirma esta vecina.


“Inquietud, riesgo y peligro, eso es lo que conllevan unas obras y también pérdida de negocio”, opina, por otra parte, Joaquín Cortes, cuyo quiosco de venta de cupones de la ONCE es un mirador privilegiado de las obras desde la calle de San Orencio. “Ahora pasa por aquí menos gente y con dificultad. Recuerdo que hace dos años escasos levantaron la calle para arreglar las tuberías y estuvimos tres meses mal”, comenta Joaquín. Espera así que los trabajos se hagan “pronto y bien”. Piensa, eso sí, siempre que el resultado será beneficioso para todos. “Lo veremos hasta bonito, viable y bien. Lo malo es este trance, que yo vivo en carne propia”.


“Todas las obras son siempre incómodas de cara a imprevistos, como cortes de agua o la generación de polvo y suciedad. Pero bueno, a la larga, son siempre beneficiosas, ya que ayudan a adaptarse a los nuevos tiempos”, comenta Julián Ortas, que se encuentra al frente del bar ‘El Juli’, en la calle paralela de San Orencio. Se muestra así satisfecho con este proyecto de peatonalización, si bien le gustaría que el acceso de vehículos a los garajes de los inmuebles pudiera realizarse desde una vía alternativa.


Tanto el bar-restaurante Hervi como la farmacia Compairé tienen su entrada, por otra parte, por la calle de Santa Paciencia. “Nosotros, en principio, no tenemos ningún problema. El único inconveniente que vemos es para cuando tengan que pasar los repartidores. Además, pensamos que será bueno para la zona que sea peatonal, la gente se moverá más”, comenta Clemente Ruiz, camarero del citado establecimiento hostelero.


Ignacio Compairé, por otra parte, espera que los horarios de carga y descarga puedan adaptarse a las necesidades tanto de los comercios como de los bares. Pide que se tenga en cuenta, además, a la hora de permitir el paso de vehículos, “los días de guardia” de su establecimiento, ya que puede haber pacientes que necesiten el vehículo para obtener un medicamento con urgencia. Asimismo, opina también que el nuevo aparcamiento de San Antonio será un buen complemento de las calles peatonales.-