Rescate en Panticosa

La evacuación de la estación de Panticosa pone a prueba los servicios de emergencia

La evacuación de los más de 1.200 esquiadores que se quedaron aislados a causa del viento en la estación de Panticosa termaba pasadas las 8.00 tras más de 17 horas de rescate.

Los últimos en ser rescatados
Rescate en Panticosa_2
JAVIER BLASCO

La evacuación de los más de 1.200 esquiadores que se quedaron aislados a causa del viento en la estación invernal de Panticosa, en el Pirineo de Huesca, ha supuesto una prueba para los servicios de emergencia desplegados para llevar a cabo el operativo. 


Diecisiete horas después de quedar paralizados el telecabina y los remontes de la estación pirenaica, en la tarde de este miércoles, debido las rachas de viento que alcanzaron los 110 kilómetros a la hora, la operación de desalojo de las instalaciones se daba por concluida pasadas las 08.00.


Sobre esta hora, los últimos esquiadores que aguardaban en el interior de la cafetería  de Petrosos, ubicada junto a la telecabina llegaban a la población de Panticosa y se cerraba un dispositivo que movilizó de forma ininterrumpida a más de doscientas personas.

200 personas, en el rescate

Agentes de la Guardia Civil, personal de Protección Civil y de los ayuntamientos de la zona y empleados de la estación invernal fueron los encargados de coordinar y ejecutar el transporte de los afectados desde la zona alta de las instalaciones hasta Panticosa.


La evacuación se realizó en pequeños grupos con la ayuda de cinco máquinas empleadas para pisar las pistas hasta el límite de la zona con nieve, desde donde eran transportados mediante vehículos todo terreno y un autobús hasta las localidades de Panticosa y de Hoz de Jaca.

300 esquiadores más preparados bajaron con monitores

Los primeros en abandonar las instalaciones fueron, sin embargo, un grupo formado por trescientos esquiadores con una mayor preparación que consiguieron bajar hasta Panticosa acompañados por monitores.


En todo momento, los afectados, dos tercios de los cuales eran niños, fueron atendidos por los responsables del operativo y por personal de Cruz Roja desplazado a la zona para prestar ayuda humana y material.


Entre las personas que se vieron sorprendidas por el repentino cierre de las instalaciones invernales de Panticosa se encontraba el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien informaba de la tranquilidad con la que se realizaba la operación a través de su cuenta en Twitter .

Consejeros en Panticosa

La operación de desalojo fue seguida en todo momento por los consejeros de Interior y de Presidencia del Gobierno aragonés, Antonio Suárez y Roberto Bermúdez de Castro, respectivamente, desplazados a la zona al ser informados de la situación de emergencia creada.


A la finalización del operativo se produjeron los primeros balances y opiniones en torno al operativo, que tanto para Antonio Suárez como para el presidente del grupo Aramón, Manuel Guedea, se hizo según criterios de "estricta seguridad".


Suárez comentó que para la evacuación se optó por el medio más seguro, aunque más lento, dado que muchos de los afectados eran niños, subrayando que todos estuvieron bien atendidos con la calefacción "a tope", mantas, bebida caliente y comida.

Previsiones 

En respuesta a las críticas sobre las previsiones climatológicas, advirtió que la alerta por viento, de nivel amarillo, se conoció a las dos de la tarde y que las rachas de viento superiores a los cien kilómetros fueron inesperadas.


Algunas de las personas que se quedaron atrapadas en la estación invernal de Panticosa aludieron, sin embargo, a una supuesta falta de organización en la evacuación de los esquiadores, pero valoraron al tiempo la atención recibida y la calma que mantuvieron los afectados en todo momento.


El problema, tanto para Mónica Moreno como para su marido Diego Ríos, vecinos de un pueblo de la sierra de Madrid, y para Óscar Tajadera, castellanoleonés, es que no se cumplieron las previsiones de las listas elaboradas para proceder a la evacuación.


Según Mónica Moreno, después de bajar ellos sobre las 22.15, la mayoría de las personas que quedaban en la estación eran familias con niños, algunos "muy pequeños".