MERCADILLO

La venta ambulante cae más de un 60% en Huesca

Los comerciantes reivindican una ubicación más céntrica los sábados.

Puesto ambulante, imagen de archivo.
La venta ambulante cae más de un 60% en Huesca
EFE

Los vendedores ambulantes de Huesca estiman una caída en las ventas superior al 60% desde que diera comienzo la crisis económica y la proliferación de comercios orientales, los populares “chinos”. Así lo ha asegurado Esther Jiménez, una de los cuatro portavoces de los vendedores en la Junta de Representantes del Mercado Tradicional de Venta Ambulante del Ayuntamiento de Huesca y miembro también de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Aragón. “Muchos compañeros han tenido que dejar su puesto porque no podían hacer frente al pago de las tasas mensuales por instalación, a pesar de que el Ayuntamiento las ha reducido un 15%”, comentó Jiménez.


En la capital oscense, instalar un puesto de venta ambulante cuesta en 2012 un total de 2,30 euros por metro cuadrado y día. El mínimo permitido es de 6 metros cuadrados. De esta forma, un vendedor que instale un puesto de esta medida en Huesca todos los martes y sábados, días en los que celebra el mercadillo, pagaría al mes 110,40 euros. “A pesar de la rebaja, seguimos pagando un precio muy caro. En Zaragoza, la tasa mensual por un puesto de 8 metros no llega a los 80 euros. Además, allí contamos con aseos al aire libre –un total de 24- y servicios de ambulancia y cafetería”, explica Jiménez.


Pide así al consistorio oscense que tenga en cuenta a la hora de cobrar dichas tasas aquellos días del año en los que las condiciones climatológicas no permitan a los vendedores instalar sus puestos, además de un mayor acercamiento al centro de la ciudad los sábados. “Se trata de un día en el que solemos trabajar tan solo una treintena de puestos, menos del 50% de los que lo hacen los martes”, comentó. “Nuestros clientes, en especial la gente mayor, nos lo está reclamando. No se debe olvidar que también estamos cumpliendo una labor social ya que gracias a nosotros, hay amas de casa que en vez de un pijama, pueden comprar dos”, añadió Jiménez. Sugiere así como emplazamiento la plaza de Luis López Allué, conocida precisamente en Huesca como ‘plaza del mercado’.


“Todos salen beneficiados”


Otra de las propuestas realizadas por Esther Jiménez fue también la potenciación del mercadillo como un atractivo turístico más de la ciudad. “El mercadillo es una mezcla de culturas, puede ser una propuesta de ocio más o como paseo a realizar dentro del casco urbano”, propuso la portavoz de los vendedores ambulantes en Huesca, quien hizo un llamamiento a la buena convivencia con el resto de comerciantes. “Muchos de ellos nos ven como enemigos, cuando somos todo lo contrario. Nosotros somos un escaparate más para los clientes. Allí donde se monta el mercadillo, la gente acude y todo el comercio se beneficia, no solo las cafeterías, los bares o los restaurantes”, afirmó.


La portavoz del comercio ambulante oscense dio muestras además de un muy buen entendimiento con la concejalía de Desarrollo del Ayuntamiento de Huesca, liderada por Ana Acín, en quien dijo haber puesto “todas su ilusión”. “Se ve que se preocupa por nosotros. Al frente del Ayuntamiento está también una mujer. Te entienden mejor, saben como se lleva la economía de una casa. Todas tenemos ilusión y esperanza en que nos vaya mejor cada día”, aseguró.