TRÁFICO

La Zona 20 cumple tres meses sin denuncias por exceso de velocidad

Según los vecinos del casco viejo, «hay más respeto por el peatón», pero en calles como Pedro IV y Desengaño se supera el límite.

Un coche en la calle de las Cortes, una de las pocas donde se puede, aunque no se debe, acelerar.
La Zona 20 cumple tres meses sin denuncias por exceso de velocidad
R. GOBANTES

La Zona 20 ha resultado un gran invento. Ayuntamiento y vecinos coinciden en la efectividad de la limitación de velocidad en el casco viejo de Huesca, una medida puesta en marcha el pasado 20 de julio y que en estos tres meses ha servido para concienciar a los conductores de que, tal y como indican las señales, en las angostas calles del barrio antiguo el peatón es el rey.

En este tiempo, la Policía Local no ha impuesto ni una sola sanción por exceso de velocidad. "No ha hecho falta poner multas porque los conductores están muy concienciados", asegura el concejal de Seguridad Ciudadana, Eloy Solano. En su opinión, desde la instalación de las señales verticales y horizontales en las entradas y salidas del casco, tienen claro de quién es la prioridad.

La medida está pensada como antesala a la peatonalización de algunas calles. Se planteó a través de una modificación de la ordenanza municipal de tráfico, dando la potestad al alcalde por vía de decreto para decidir qué calles son Zona 20. El peatón, al amparo de la nueva normativa, se siente protagonista. Sabe que, en aquellas calles donde no hay aceras o son muy estrechas, puede circular por la calzada y el coche tendrá que esperar.

Sin embargo, los vecinos no opinan lo mismo. Reconocen que los conductores circulan con más precaución y, lo que es más importante, han tomado conciencia de quién tiene la prioridad. "Los conductores son más conscientes del respeto al peatón, de que le tienen que ceder el paso. En ese sentido ha habido un gran cambio", admite Susana Oliván. Pero la presidenta de la asociación de vecinos Osce Biella no están tan segura de que se haya conseguido una reducción efectiva de la velocidad. "Muchos no van a 20, van a más", añade.

Circular por encima de esta velocidad es difícil en casi todas las calles del casco, estrechas, sinuosas y con muchos cruces, pero en aquellas donde es posible, como Desengaño, Las Cortes o Pedro IV "corren más". El principal problema es su uso como vías alternativas para eludir el tráfico por otras calles principales, como el Coso o el Trasmuro, en las horas punta. Ahora, con la limitación, se ahorra tiempo en semáforos pero se pierde en velocidad.

Por su parte, los conductores profesionales aseguran que "aunque quieras, no puedes correr, no pasas de segunda". "O son calles estrechas o hay empedrado, como en las Cortes, tienes que ir despacio por fuerza", añade el presidente de la asociación del taxi, Pedro Ferrero. Prueba de ello es que, pese a los numerosos cruces, apenas se producen accidentes, ya que las condiciones de la circulación distan mucho de las que hay en las grandes avenidas.

Huesca ha sido la primera capital aragonesa en incorporar esta figura a su normativa de tráfico. En Zaragoza existen calles con limitación a 20 kilómetros por hora, e incluso a 10, pero no una zona urbana completa. Además, en todas las de un solo carril la velocidad máxima es de 30. Son las llamadas vías pacificadas, creadas para ordenar la circulación de peatones y ciclistas a raíz del auge de la bicicleta.

En Teruel existen Zonas 30 en el entorno de los centros escolares y del hospital. Pero en el casco antiguo la tendencia ha sido sobre todo a peatonalizar.