BAJO CINCA

Las calles de Ballobar regresan al pasado con el popular mercado medieval

Cientos de visitantes recorrieron los puestos artesanos y participaron en las actividades lúdicas.

La estampa de las lavanderas que se recreó en el río Alcanadre acaparó muchas miradas.
Las calles de Ballobar regresan al pasado con el popular mercado medieval
JOSÉ DÍAZ

Cientos de personas de toda la comarca y de fuera del Bajo Cinca llenaron ayer las calles de Ballobar en una jornada festiva y turística, en la que muchos vecinos colaboraron en la puesta en escena del mercado medieval que cumplió su undécima edición y que se celebra con motivo de las fiestas de San Juan el Degollado. Tenderetes, titiriteros, grupos de animación, bailes, danzas, magia, cuentacuentos medievales, magos, artesanía, productos tradicionales, y un largo etc., pusieron color a esta fiesta que llenó todas las calles y que es un referente turístico en el Bajo Cinca.

«Es mi primer mercado como alcaldesa, pero no como participante. Ahora se ve algo diferente, pero seguimos teniendo mucha ilusión», comentó Reyes Pascual. «Este año hemos recuperado la estampa de las lavanderas en el Alcanadre, que se vivió en las primeras ediciones y también hemos cambiado la cetrería por paseos a caballo». La alcaldesa resaltaba que el tiempo les había acompañado y que «las calles se han quedado pequeñas un año más». Además, estuvo acompañada por representantes políticos de municipios próximos como Zaidín y Torrente así como de la Diputación Provincial. En cuanto al coste económico, la alcaldesa recordó que se invierten unos 7.000 euros, porque los vecinos hacen gran parte del trabajo durante todo el año.

A lo largo del día, los magos e ilusionistas fueron puestos de obligada parada para los visitantes pero también los artesanos, especialmente para los mayores, ya que algunos de ellos todavía recuerdan oficios similares. Llegados de diferentes poblaciones de la provincia, trabajaban la piel, el cristal, el metal, etc. La estampa de las lavanderas, también se siguió con muchísimo interés, ya que los asistentes tenían una lugar especial para mirarla. Desde el balcón del río Alcanadre, se tenía una panorámica inmejorable de la margen izquierda.