SITUACIÓN INESTABLE

Los jabalíes provocan tres accidentes en el primer día de la temporada de caza

Desde la Federación Aragonesa de Caza advierten de que esta campaña comienza con una superpoblación de ejemplares. Los siniestros se saldaron solo con daños materiales.

Imagen de un jabalí atropellado hace pocos días en la N-211, entre Fraga y Torrente de Cinca.
Los jabalíes provocan tres accidentes en el primer día de la temporada de caza
JOSé DíAZ

Cuatro vehículos se vieron implicados el pasado domingo en tres accidentes de tráfico causados por jabalíes en la provincia de Huesca, aunque por fortuna se saldaron únicamente con daños materiales. Este repunte de siniestros coincide justamente con el inicio de la temporada de caza mayor en Aragón, que se prolongará hasta el próximo mes de febrero. Una campaña que arranca con "más población de jabalíes que cualquier otra anterior", como aseguró ayer el presidente de la Federación Aragonesa de Caza, Fernando Tello.


Según fuentes de la Guardia Civil, los tres accidentes se produjeron por la noche y en un espacio de apenas hora y media. El primero tuvo lugar a las 21.30 en la A-22 (cerca de Angüés). Una hora después se alertó de otro siniestro en la N-260 (Biescas) con dos vehículos implicados, y a las 22.50 ocurrió el último en la A-138 (a la altura del desvío de Enate).


El aumento de los siniestros provocados por los jabalíes repercute directamente en los propietarios de los cotos colindantes a las zonas en que se producen ya que si se demuestra que han sido consecuencia de la acción de cazar o de la falta de negligencia para conservar el terreno y alejar a estos animales de las carreteras, tienen que asumir el coste de los daños sufridos por los vehículos.


Seguros más caros en Huesca


A principios de año, numerosos cotos altoaragoneses amenazaron con cerrar por la imposibilidad de soportar los gastos que ocasionaban estos accidentes y que superan con creces a los de las otras dos provincias. Una prueba de ello, por ejemplo, es el precio del seguro ya que mientras en Zaragoza y Teruel cuesta 212 euros, en Huesca, con cerca de 200 cotos registrados, se eleva hasta los 500 euros por la mayor siniestralidad.


No obstante, la presión que ejerció la Federación Aragonesa de Caza logró que en marzo el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón se comprometiera a cubrir las indemnizaciones si el coste excedía la cobertura de los seguros que tienen contratados los cotos: 150.000 euros por año para daños personales y 180.000 euros por año para los materiales.


Fernando Tello, presidente de la Federación Aragonesa de Caza, dejó claro ayer que el hecho de que tres jabalíes provocaran el domingo otros tantos accidentes de tráfico no tiene no significa que la culpabilidad sea de un coto ya para determinarlo hace falta un estudio de la zona y de las circunstancias del siniestro.


No obstante, Tello reconoció que este tipo de accidentes podrían aumentar este año dada la superpoblación de jabalíes. "El problema es que hay una densidad de piezas de caza mayor muy elevada y se mueven igual que nosotros por lo que cuantos más hay, más posibilidad existe de que invadan las carreteras", señaló.


A este respecto, defendió la necesidad de adoptar medidas para reducir estas elevadas poblaciones y minimizar los dos principales daños que causan: agrícolas y accidentes de tráfico.


Permisos especiales en Sariñena


Precisamente, uno de los cotos que más sufre esta situación es el existente en Sariñena, que está gestionado por la sociedad de cazadores Club de Tiro San Antolín. En esta zona, los jabalíes han ocasionado un gran número de accidentes de tráfico e, incluso, han obligado a los integrantes de este colectivo a solicitar varias licencias especiales para la caza anticipada de ejemplares. De hecho, aunque acaba de iniciarse de forma oficial la temporada, llevan cazando desde principios del mes de agosto y en total, han abatido a alrededor de 50 jabalíes.


El presidente del Club de Tiro San Antolín, Alberto Regaño, calcula que el número de ejemplares existente en Los Monegros ronda los 12.000 y ante ello, considera necesario "adaptar la normativa vigente a las peculiaridades de la zona, ya que estamos muy limitados y hay muy pocos lugares en los que podamos realizar las batidas", afirmó. La preocupación del colectivo le empujó incluso a solicitar el pasado año la colocación de señales de tráfico advirtiendo del peligro existente para los conductores. No obstante, la medida fue rechazada por la DGA.