ALCALÁ DEL OBISPO

Dos pueblos enfrentados por una escuela

Los vecinos de Pueyo de Fañanás critican las «formas» del traslado del colegio a Fañanás, donde niegan haber actuado de mala fe.

Madres y padres de Fañanás adecuaron el nuevo colegio.
Dos pueblos enfrentados por una escuela
R. GOBANTES

La apertura de una nueva escuela suele ser siempre un motivo de enorme alegría para cualquier municipio del medio rural altoaragonés. Sin embargo, en Alcalá del Obispo ha ocurrido todo lo contrario y ha enfrentado a los vecinos de dos de sus núcleos: Fañanás y Pueyo de Fañanás. Estos últimos dicen sentirse "indignados" por las "formas" que se han empleado para trasladar este curso el colegio, perteneciente al CRA Montearagón, a Fañanás tras 12 años. Unas críticas que no entienden sus vecinos, quienes niegan rotundamente haber actuado de mala fe.


Este periódico ha intentado ponerse en contacto durante los últimos días y en varias ocasiones con el alcalde de Alcalá del Obispo, Juan Antonio Sistac, para conocer su opinión sobre esta polémica pero no ha sido posible.


Según explican Sara Jordán y Purificación Rivera, dos vecinas de Pueyo de Fañanás, el problema surgió en mayo, cuando los propios vecinos del pueblo detectaron la presencia de termitas en el edificio que ocupaba la escuela, sita en la primera planta del número 3 de la plaza Mayor. Aseguran que inmediatamente pusieron el tema en conocimiento del Ayuntamiento de Alcalá del Obispo para que se arreglara el problema ya que en el mismo edificio, además de la escuela, están también el salón social en la planta baja y un piso alquilado y un espacio acondicionado como albergue de peregrinos en la segunda.


Sin embargo, la sorpresa de los vecinos de Pueyo fue que la respuesta del consistorio no llegó hasta finales de agosto, "sin tiempo ya para arreglar el problema", lamentan, a pesar que desde el 22 de julio había un informe del Servicio de Urbanismo de la Hoya de Huesca que estimaba el coste de la reparación en 21.000 euros.


Por ello, creen que en este caso el ayuntamiento "ha dejado simplemente que pasara el tiempo sin reparar los daños para forzar el cambio de ubicación del colegio a Fañanás, porque se hubiera podido arreglar perfectamente".


Mientras, Susana Aliaga, vecina de Fañanás, replica que no fue hasta hace un mes cuando el consistorio les comunicó a los padres de los niños "que el colegio no se podía abrir". Fue entonces cuando solicitaron un cambio de sede a las antiguas escuelas de Fañanás ya que 6 de los 7 alumnos escolarizados residían allí y consideraban que era mucho más cómodo.


La dirección provincial de Educación autorizó el traslado y los propios padres de los escolares realizaron en solo 10 días el acondicionamiento del edificio (colocación de parqué, pintado de paredes y techos, instalación de sanitarios, vallado del patio exterior...), que abrió el pasado día 6. "Nosotros no hemos cobrado nada porque lo único que nos interesaba era que se abriera el colegio para tener a los niños en el mismo pueblo", subraya Aliaga.


La escuela de Pueyo de Fañanás llevaba 12 años en funcionamiento. Entonces, un grupo de padres y madres del pueblo solicitaron el traslado del colegio desde Fañanás ya que la mayoría de los niños en aquella época eran de Pueyo.


Ahora, los vecinos de esta última localidad entienden que la historia se repita porque la mayoría corresponde a Fañanás. "Es lo lógico y más si los niños corrían peligro aquí por el problema de las termitas", reconocen. Sin embargo, critican que el pasado 31 de agosto algunos vecinos de Fañanás aparecieran en la escuela "y se llevaran todo el material, sin avisar y sin ningún permiso", afirma Rivera, quien reconoce que se vivieron momentos de tensión.


Permiso "verbal" del alcalde


En respuesta a ello, Susana Aliaga, aclara que fue el propio alcalde el que les dio un permiso "verbal" para que fueran a Pueyo. "Nos dijo que fuéramos y que nos lleváramos todo el equipamiento de la escuela", recalca. Esta vecina de Fañanás entiende el disgusto de sus convecinos "porque la escuela daba mucha vida al pueblo", pero hace hincapié en que "hemos hecho lo que hubiera hecho cualquier persona".


Mientras, los vecinos de Pueyo opinan que si había que buscar una solución rápida y barata, "tendrían que haber llevado el colegio a Alcalá porque solo hacía falta barrer la escuela y ya tiene jardín y polideportivo", señalan.


Por otra parte, se preguntan por qué no se han precintado las tres plantas del edificio si hay un problema estructural tan grave a causa de las termitas. "Porque aquí hacemos todos los días gimnasia, bolillos o manuales y queremos saber si estamos en peligro", advierte Sara Jordán.


Consumado ya el traslado del colegio, solo esperan que el consistorio encargue "urgentemente" las obras de reparación. Según el informe de valoración de daños, los maderos que conforman la parte resistente del forjado del suelo de la escuela "están huecos por acción de termitas". Por ello, y debido a cuestiones de "seguridad de las personas", aconseja la demolición de esta parte del forjado (60 metros cuadrados) para sustituirlo por otro metálico.