Hasta tres soluciones barajan los técnicos que ayer examinaron en Tamarite de Litera la situación en que ha quedado la ladera donde se produjo un desprendimiento de rocas el sábado, dejando sepultados cuatro coches que se hallaban en el garaje siniestrado.

El alcalde, Francisco Mateo, informó de que dos técnicos, un geólogo de la DPH y un ingeniero de caminos de una empresa especializada, Geobrugg Ibérica, contratada por este organismo, examinaron la zona del deslizamiento de rocas, sobre la que opinaron que no había más peligrosidad en este momento que antes del incidente. Sin embargo, estuvieron de acuerdo en que terminarán cayendo más rocas, por la disposición del terreno, aunque es imposible saber en qué momento ni lo que tardarán en el tiempo.

Las soluciones que se barajan, y que se tienen que valorar económicamente, son tres. La primera es construir un muro de hormigón de base ancha -hasta cuatro metros- que consolide la pared rocosa, que no parece la más viable; otro tratamiento podría ser el de hacer perforaciones e instalar una malla de protección, que tiene el inconveniente de ser muy caro; y en tercer lugar, quedaría la opción de hacer un desmonte del terreno desde la parte trasera del tozal dañado, obra para la que el Ayuntamiento de Tamarite ya ha pedido presupuesto, aunque el alcalde advierte que «estamos hablando de propiedades privadas y que en este caso el consistorio lo que está haciendo es prestar su apoyo técnico a los vecinos».

La presidenta de la comunidad, María José Sanz, que también tiene un vehículo sepultado bajo los escombros, esperaba ayer el peritaje de la compañía de seguros.