DEMOLICIÓN

Expectación entre vecinos y empresarios ante el derribo de las harineras

Decenas de curiosos se reúnen cada día para contemplar la evolución de los trabajos.

Los curisos siguen con detalle la demolición de las harineras de Huesca
Expectación entre vecinos y empresarios ante el derribo de las harineras
RAFAEL GOBANTES

Curiosidad, dudas, ganas de ver cómo cambia para bien el paisaje urbano de la ciudad… Estos son algunos de los sentimientos que suscitan entre vecinos y empresarios de las calles de Almudévar y San Úrbez las obras de derribo de las instalaciones de las harineras Porta y Villamayor, muy cerca del corazón de la capital oscense. «Las obras no nos ocasionan molestias para nada, tanto ellos como nosotros realizamos nuestro trabajo en horario laboral y no hay ningún problema al respecto», asegura Pablo Merino, responsable de un taller de automoción. Pablo asegura además que la empresa que se ocupa de estas labores les comunicará a su debido tiempo el momento en el que comiencen las obras de la fachada exterior del edificio principal de Porta.


«¿Si se levanta polvo y demás? De momento, poco y eso que estamos en la misma puerta. Más adelante, no sabemos qué pasará. Los trabajos ahora son más de apartar chapas y hierros», añade Merino. Según ha comunicado además la empresa de derribos a los empresarios de la zona –la mayoría, talleres y concesionarios de automóviles- se trabajará también durante el fin de semana con el fin de ocasionar las menos molestias posibles, aún en el caso de que sea necesario cortar las calles.


Para Ángel Luis Campos, vecino de la avenida de Martínez de Velasco, próxima al lugar de las obras, la desaparición de los edificios de las harineras es, ante todo, un alivio. «Veo bien que quiten las harineras del centro de Huesca y creo que los vecinos están contentos también. Después de la explosión de Porta de habían convertido en un peligro. De momento, no ha habido ningún problema relacionado con el ruido o con el polvo que levantan este tipo de trabajos», asegura.

Expectación ante el derribo

Otro espectador de excepción de la evolución de las obras es Miguel Ángel Campos, desde el mostrador de la nave en la que trabaja, también dedicada a la automoción y ubicada justo enfrente de las obras de Villamayor, en la calle de Almudévar. «Los trabajos no nos está molestando. Se escucha un poco de ruido y se levanta un poco de polvo, pero lo cierto es que hasta aquí no suele llegar». Sin embargo, se han encontrado con una molestia que no esperaban: las decenas de curiosos que acuden cada día para seguir la evolución de las obras. «Viene mucha gente a verlo y tenemos que estar continuamente fuera de la nave, entrando y sacando coches y entonces sí que molestan un poco, pero el derribo como tal, no», relata Campos, quien espera además que la recuperación de este espacio «sea positivo para Huesca».


La mayor afluencia de curiosos se suele dar cada día entre las 18.00 y las 19.00 y también es testigo de ello Manuel Berdiel, gerente de otro de los concesionarios de coches de la misma calle. «Viene mucha gente y también periodistas y cámaras de televisión. Es todo un atractivo contemplar a una máquina gigantesca demoler suavemente y con una paciencia tremenda este inmueble», asegura Berdiel. Además, la demolición se ha convertido en un inesperado reclamo para la captación de nuevos clientes. «Aquí tenemos empresas y lo que nos gusta es que venga gente. Es un atractivo más para que la gente nos vea. Por otro lado, tenemos ganas de que terminen las obras porque nuestros negocios quedarán frente a la ciudad», afirma el portavoz del concesionario.


Uno de esos curiosos es Félix Rodríguez, vecino de la urbanización de Los Olivos, próxima también a la zona de afección. «Es el segundo día que vengo y creo que las obras van bastante bien», asegura Félix, quien además deja mostrar su satisfacción ante la desaparición de estos inmuebles. «Estos edificios sobraban aquí en medio de Huesca. Aquí se quería hacer una carretera que comunicara Los Olivos con la avenida de Martínez de Velasco. Vendría mejor, para no tener que dar la vuelta», añade este vecino.-