Pieza del siglo XI

El Museo de Huesca custodia ya el sepulcro de una hija de Ramiro I comprado en subasta

La pieza del siglo XI, adquirida por 65.000 euros, procede del panteón real femenino de Santa Cruz de la Serós.

Previsiblemente se expondrá junto a la reproducción del monasterio de Santa Cruz de la Serós.
El Museo de Huesca custodia ya el sepulcro de una hija de Ramiro I comprado en subasta
R. GOBANTES

El sepulcro de finales del siglo XI de una de las hijas del rey aragonés Ramiro I ya se encuentra en los almacenes del Museo de Huesca. La pieza, procedente del panteón real femenino del monasterio benedictino de Santa Cruz de la Serós, pertenecía a un coleccionista particular desde los años 40 del pasado siglo, y fue adquirida en mayo por el Ministerio de Cultura por 65.000 euros en una subasta de la sala Balclis de Barcelona. Ahora, se iniciará una fase de restauración para incorporarlo dentro de unos meses a la exposición permanente.


Es la primera pieza de estas características y época que existe en el Museo de Huesca. Por su valor, se considera una «gran adquisición», que se llevó a cabo a instancias del anterior Gobierno de Aragón, según resaltó ayer Julio Ramón, conservador del Museo de Huesca. De hecho, se considera un «testigo histórico del final de la etapa exclusivamente pirenaica del primitivo Reino de Aragón con capital y obispado jaqueses», según se recogía en la ficha de la sala de subastas. No obstante, se aprecia en la talla el deterioro de la piedra caliza así como la presencia de sales que se eliminarán en la restauración. Será un hito en el recorrido por las salas.


La iconografía, grabada solamente en una de las caras alargadas de esta pieza de 37,5x105x50 centímetros, entronca con los símbolos hallados en otros sarcófagos de los reyes medievales. Los panteones reales masculinos se encuentran en San Juan de la Peña o San Pedro el Viejo de Huesca, donde el 24 de junio se inhumaron los restos de Alfonso I El Batallador y Ramiro II el Monje tras culminar el estudio genético, mientras que las mujeres de la familia real se enterraron en Santa Cruz de la Serós, y posteriormente en 1655 se trasladaron a Jaca.


Un estudio de la pieza


La pieza se integrará en el discurso museístico, posiblemente en la sala del románico donde se encuentra una maqueta que reproduce a escala el monasterio de Santa Cruz de la Serós de donde procede, pero está por decidir. No obstante, «tenemos relación con la familia real porque el museo fue palacio real», comenta Julio Ramón, conservador del centro, donde se puede visitar la sala de doña Petronila (hija de Ramiro II el Monje y esposa de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona) así como la sala de la Campana de Huesca del siglo XII. Pero no se expondrá allí ni por razones de conservación -por el exceso de humedad- ni por discurso, porque no fue su lugar original.


Mientras tanto también se iniciará el estudio artístico del sepulcro, del que apenas se sabe porque formaba parte de una colección particular de Barcelona desde los años 40, cuando las monjas vendieron obras para asegurarse el sustento. Parece probable que en este contexto la adquiriera Moragas. Por ello, durante la posguerra española se custodió en el palacio Fivaller de Barcelona, sede de la Colección Moragas. Pero tras su enajenación, según se informaba en el catálogo de la casa de subastas, se desconocía su ubicación exacta. No obstante, aunque no hay ningún estudio en profundidad, está documentado por Ricardo del Arco en su 'Catálogo Monumental de España', Huesca, 1942, por lo que siempre se supo de su existencia.


En este sarcófago de piedra caliza tallada, al que le falta la tapa, pudieron reposar los restos de una de las dos hermanas de Doña Sancha, todas hijas del rey Ramiro I. Por su tamaño no podría ser para una niña mayor de 3 o 4 años, aunque podría tratarse de un osario porque en su interior no tiene esculpida la curva para la cabeza, como era habitual en el medievo.


Una de las hermanas era Urraca, que al parecer vivió y murió en el monasterio; y la otra, Teresa, «probablemente condesa de Provenza y, por lo tanto verosímilmente muerta en sus nuevos estados y trasladada en cenizas al panteón de sus dos hermanas», indica la ficha. Incluso podría haber albergado los restos de la madre del Ramiro I, que según el citado proyecto titulado 'Estudios Antropológico y Genético de los Reyes privativos de Aragón', que se dio a conocer recientemente, reposan actualmente dentro del sarcófago de Doña Sancha. Este se encuentra ahora en el monasterio benedictino de Jaca.


La pieza se encuadra dentro de la escultura de finales del siglo XI, desarrollada en Toulouse y Moi-ssac, donde el uso de la iconografía del grifo (monstruos medievales) es muy recurrente. Según la ficha de la sala de subastas, se atribuye a un escultor anónimo que estuvo activo en Jaca o Santa Cruz de la Serós hacia el año 1100.


La decoración se encuentra conformada por tres medallones, cada uno con una pareja de grifos afrontados, tocándose con los picos y con las patas posteriores. Las patas se posan en unos elementos en forma de media luna, si bien por el estado de deterioro de la talla no se puede llegar a apreciar si se trata de otro animal o algún otro elemento. En el lado derecho más corto del rectángulo, existe una oquedad, aunque se desconoce todavía a qué responde. También se aprecian en las esquinas dos orificios que podrían servir para encajar la tapa. Pero está por estudiar.