URBANISMO

Caen los edificios de media altura para dejar el camino abierto hasta los silos de las harineras

Las palas han derribado varias construcciones que rodeaban los depósitos de las fábricas, en el centro de Huesca.

Estructuras metálicas acumuladas en el interior de la fábrica de Harinas Porta.
Caen los edificios de media altura para dejar el camino abierto hasta los silos de las harineras
F. PAúLES

Hace una semana que las máquinas empezaron la demolición de las dos harineras situadas en el centro de Huesca y la acción de las palas ya es visible desde el exterior del polígono. Los edificios de mediana altura han comenzado a caer en medio de nubes de polvo originadas por el cemento, la cal y la arena y por los restos de harina y de trigo que todavía permanecían en algunos conductos de la fábrica de Villamayor, que está inactiva desde hace más de un año.


La empresa encargada de los derribos, Usabiaga, trabaja de forma simultánea en las dos instalaciones, que desaparecen para dejar espacio libre a la construcción de 1.300 viviendas en un futuro que se plantea a largo plazo debido a la actual situación de crisis económica. No obstante, el derribo es preceptivo para cumplir el acuerdo que los propietarios del suelo firmaron con el Ayuntamiento en abril de 2008 para favorecer el desarrollo urbanístico de estas 8 hectáreas.


El director de la obra, Juan González, explicó que en Harinas Porta ya se han quitado todas las estructuras metálicas. De hecho, en estos días han salido de la fábrica unos 25 camiones cargados de cobre, hierro y chapa que la empresa López Soriano se encargará de reciclar y transformar, según el contrato firmado con la Junta de Compensación en la que están representados los propietarios del polígono, que pagarán 615,000 € por el derribo de las dos fábricas.


Ayer quedaron derruidos todos los edificios de media altura del recinto de Porta. Se trataba de construcciones de ladrillo y hormigón con una altura de entre 10 y 12 metros. Hoy está previsto empezar a tirar uno de los edificios de mayor altura (20 metros) y la semana que viene se acometerá el derribo de las construcciones situadas en la avenida de Martínez de Velasco.


En Porta, las demoliciones se desarrollan desde dentro hacia afuera. Las máquinas han abierto un patio interior que permite ir alcanzado el resto de los edificios de forma que los silos queden totalmente exentos para el momento de su derribo. González espera tirar las edificaciones levantadas en la avenida el martes o el miércoles para que la zona esté limpia cuando la ciudad recobre la actividad tras las vacaciones.


La toma de agua


En Villamayor, las palas y las demoledoras avanzan hacia los silos. El martes se empezaron a derribar los edificios fabriles situados en la parte de atrás del polígono, junto a la ronda norte. La acción de las máquinas eliminó gran parte de las construcciones, pero fue necesario parar por la cantidad de polvo. Según explicó el director de la obra, el Ayuntamiento todavía no ha proporcionado la toma de agua necesaria para regar los escombros. "Hemos tenido que parar por eso y esperamos que nos la den pronto", apuntó González. El riego de los materiales que resultan del derribo es una de las prescripciones medioambientales que el Ayuntamiento exigió para autorizar el inicio de los trabajos, pero como las fábricas no tienen suministro de agua es necesario habilitar una toma de obra.


Tampoco hay electricidad, pero la cercanía de un transformador a la fábrica de Porta y la ubicación de su cuadro provocaron que la zona se quedara el lunes sin luz durante unos 50 minutos. "Sabíamos que estaba el transformador, pero nadie imaginaba que el cuadro de armario iba a estar en una planta alta y, además, encima de la puerta de entrada al fábrica", comentó Juan González.


Unos 200 clientes se quedaron sin suministro y Endesa colocó un generador que hacía demasiado ruido. El lunes por la noche, los vecinos llamaron a la Policía Local, que comprobó que, por poco, se superaban los 30 decibelios permitidos. El martes, la compañía eléctrica conectó la línea a otro transformador y el problema quedó solucionado.


Primero, el de Porta


El plazo para la demolición de las dos harineras termina el 14 de octubre. Los silos serán los últimos en desaparecer y lo harán dentro de 20 o 30 días. "Caerán en un momento, pero hay que tenerlo todo bien calculado y preparado", apuntó el responsable de la demolición. Todavía no se ha determinado cuál será el primero en derribarse, pero todo apunta a que se empezará por Harinas Porta porque el terreno estará pronto despejado.


Debido a la altura de los depósitos, más de 60 metros, será necesario disponer una plataforma que permita a las máquinas atacar desde más cerca. Esta elevación se conseguirá acumulando los escombros que salgan del resto de los derribos. Parte de ellos se empleará después para rellenar los sótanos de las fábricas e igualar la cota del terreno, donde se prevé ubicar un parquin provisional.