HUESCA
¿Qué quedó del 15-M?
Mientras los comerciantes y hosteleros hacen un balance favorable de la estancia de los acampados, los vecinos hablan de malos olores y suciedad.

El levantamiento del campamento del 15M el domingo en la plaza de Navarra de Huesca ha devuelto la normalidad al centro de la capital oscense. El sentimiento dejado entre los comerciantes y hosteleros de la zona tras la ocupación es favorable, aunque no tanto entre los mayores que se reúnen cada día en los bancos para tomar el sol y los vecinos del barrio de San Lorenzo, al cual pertenece este popular espacio urbano.
«Apenas hemos notado que estuvieran allí, porque lo cierto es que no han causado ninguna molestia. Han sido respetuosos en todo momento y no se han producido altercados. Las carpas, eso sí, me parecían un poco antiestéticas, pero nada más», aseguró María Jesús López, encargada de la tienda de una conocida cadena de moda.
Los hosteleros de la zona contaban incluso entre sus clientes con algunos de los acampados frente a sus establecimientos. «Ahora nos choca no ver desde aquí las tiendas y las pancartas como en estos días de atrás y el ambiente que había alrededor», comentó Carlos Lardiés, cocinero de uno de los restaurantes de la zona.
Según cuenta Lardiés, los acampados hacían uso en ocasiones de los lavabos y utilizaban también la terraza como lugar de reunión. «Cuando había concentraciones notábamos también que entraba más gente», añadió Lardiés.
Desacuerdo entre los vecinos
El balance no es, sin embargo, tan favorable entre los vecinos del barrio de San Lorenzo, al cual pertenece la plaza de Navarra de Huesca y tampoco entre las decenas de personas mayores que acuden cada día a tomar el sol en sus bancos. Entre estos últimos – quienes prefieren, por otra parte, no dar su nombre- se puede escuchar opiniones como su estancia suponía «un gasto extra de luz y agua» o que las tiendas de campaña se habían convertido en «un obstáculo» para los viandantes.
Pero no todos están de acuerdo en este sentido. Para Antonio Bailo, ‘los indignados’ «no hacían mal nadie, al contrario, estaban ahí para defender al obrero». «A mí me alegraba verles ahí cada día y siempre me he sentido, de alguna forma, con ellos», comentó Antonio.
Más tajante fue, no obstante, la presidenta de los vecinos del barrio de San Lorenzo, Cristina Betrán. «No voy a guardar buen recuerdo de su paso por aquí y tampoco los vecinos de esta zona. Había malos olores, suciedad y se utilizaban los contenedores como servicios», aseguró. «Tampoco me parecía el mejor ambiente para la presencia de niños pequeños, como había en ocasiones», añadió la presidenta del barrio.
Los ‘indignados’ no se han despedido del todo del centro de la capital oscense. Tienen prevista la instalación de una mesa informativa en la plaza todos los días de 18.00 a 20.00, en la que se recogerán las quejas de los ciudadanos, junto con la celebración de diversas actividades.