OBRAS

El matadero de Aínsa presta servicio después de año y medio cerrado

La puesta en marcha de esta instalación supone un beneficio económico debido al menor coste del carburante.

El matadero de Aínsa ya funciona con normalidad después de estar un año y medio cerrado esperando las necesarias modificaciones que exigía la nueva legislación sanitaria. El Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe ha invertido unos 70.000 euros en las remodelaciones de las instalaciones y desde hace más de un mes carniceros de Aínsa y Laspuña ya sacrifican su ganado con los beneficios que aporta la proximidad entre el lugar de cría y la venta al cliente.


El matadero se abrió en 1992 y desde entonces se fue adaptando a las exigencias sanitarias hasta hace dos años que, con la aplicación de la nueva legislación, se suprimían los mataderos de baja capacidad como era el caso de Aínsa, encargado de sacrificar carnes destinadas a un máximo de 50 kilómetros de radio. En su lugar, los mataderos con las nuevas exigencias, exportaban a toda la Comunidad Económica Europea.


Retraso por falta de recursos


La reestructuración se ha dilatado en el tiempo al no conseguir, en un principio, la financiación necesaria por lo que el matadero ha estado sin dar servicio entorno a un año y medio. Ahora los sacrificios se realizan en prácticas, pendientes de la calificación definitiva para realizar el acta.


«Se han realizado obras en la fábrica y en la sala de tripería, además de comprar nuevos elementos para el ganado vacuno y cadenas de elevación para el ovino», comentó José Antonio Murillo, técnico del ayuntamiento ainsetano. La desinfección para vehículos, la duplicación de cuartos de baños, o las reformas en cámaras y corrales han sido otras de las actuaciones que se han llevado a cabo. Entre los beneficios de la puesta en marcha del matadero está el económico, por el menor coste del carburante, pero sobre todo la calidad de la carne que el cliente valora por la cercanía entre la granja, el matadero y la carnicería. «Así se evitan los desplazamientos, el tiempo de espera y el estrés para los animales, además el cliente lo prefiere a los grandes mataderos industrializados», confirmó Murillo.


El matadero no solo da servicio a los ganaderos de Aínsa y alrededores sino a otras zonas de Sobrarbe y Ribagorza. «El acceso de la N-260 será un aliciente para que los ganaderos de la zona de Campo y alrededores vengan al matadero de Aínsa, ya que hasta ahora se desplazaban a Barbastro o Monzón», concluyó Murillo.