ANCIANA DESAPARECIDA

Rastrear sin éxito el monte y el río de Morillo de Liena

La búsqueda de la anciana se reanudará hoy con agentes de la Guardia Civil, bomberos, forestales y vecinos.

María Coronas tiene 87 años y llevaba chaqueta amarilla, blusa roja-granate, pantalón gris a cuadros y zapatillas de estar por casa.
Rastrear sin éxito el monte y el río de Morillo de Liena

La batida volvió a ser masiva, pero ayer tampoco se encontró pista alguna del paradero de María Coronas Castellón, una anciana de 87 años y enferma de alzhéimer, que desapareció la tarde del domingo en Morillo de Liena, un núcleo ribagorzano cercano a Campo. La búsqueda se reanudará hoy a las 8.30.


«No se puede pedir más, los vecinos se han volcado en la búsqueda », recalcó Mª Carmen Castillón, alcaldesa de Foradada (municipio al que pertenece Morillo). «Están cansados y sienten impotencia, por no encontrarla, pero allí siguen», añadió. Junto a ellos estuvieron unos 50 habitantes del valle, 12 bomberos de Ribagorza, una veintena de guardias de montaña de Boltaña y Benasque, Seprona y rurales de Seira y Aínsa, así como el helicóptero del cuerpo. También se incorporaron 10 forestales, una decena trabajadores de empresas de aventura y tres perros de la Guardia Civil y bomberos, especializados en búsqueda de personas.


Fue el río, muy cercano al pueblo y en el que la mujer podría haber caído, uno de los principales puntos de rastreo de la jornada. Hubo cuadrillas que anduvieron junto a la orilla sin perder detalle del cauce, el helicóptero de la Guardia Civil lo sobrevoló y las empresas de aventura rastrearon en sus piraguas los remolinos y recovecos que forman las bravas aguas del Ésera, al que la Confederación Hidrográfica -gracias a las presas que tiene aguas arriba- redujo el caudal de 19 metros cúbicos a 4 para facilitar el trabajo. A última hora de la tarde, además, se esperaba la llegada del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil para volver a dragarlo. Aunque no tuvieron éxito.


Aun así, aunque fue el río el principal objetivo de la búsqueda de María Coronas, no se descuidaron otros lugares a los que la anciana pudiera haber ido. Desde primera hora, más de cien personas volvieron a patear las cunetas de la carretera A-139, a mirar los senderos cercanos, a caminar por el pinar que queda detrás del pueblo, a revisar los campos que la familia tiene en el municipio, a mover las zarzas que crecen bajo el puente y junto a la orilla del río, y a rastrear el monte casi palmo a palmo, ampliando el perímetro hasta unos 2 kilómetros a la redonda de la población. Pero, para angustia de la familia, tampoco hallaron pista alguna de la mujer a pesar de que por la tarde se realizó una búsqueda más exhaustiva, entrando con un perro especializado casa por casa -por si se hubiera escondido en alguna vivienda de la población- o mirando metro a metro por la espesa vegetación del barranco Bacamorta y la orilla de la carretera.


Incluso los bomberos de Ribagorza repartieron un cartel en el que aparece una fotografía de la mujer y la descripción de la ropa que llevaba en el momento de su desaparición -chaqueta amarilla, blusa granate y pantalón gris-, por todas las poblaciones que hay en un radio de 40 kilómetros, incluyendo el hospital de Barbastro.


Enferma de alzhéimer


María Coronas, de 87 años y enferma de alzhéimer, tenía obsesión por ir a su antigua casa, y muy cerca de ella fue donde un vecino la vio por última vez sobre las 15.00 del domingo. Poco después su familia la echó en falta y se acercaron hasta el lugar. Fueron diez escasos minutos, pero ya no había ni rastro de la anciana, la tercera que desaparece en el último mes.