HAY MODELOS DESDE LOS AÑOS 50

La fiesta de los tractores Ebro reune en Piracés a más de 500 aficionados

El público pudo contemplar una treintena de modelos antiguos de la desaparecida marca.

Los niños también se subían a los tractores durante la celebración.
La fiesta de los tractores Ebro reune en Piracés a más de 500 aficionados
J. B.

«Empezamos hace siete años, aunque los tres primeros hacíamos un almuerzo con los tractores del pueblo. Poco a poco fue creciendo hasta convertirse en una fiesta que dura todo el día con algún grupo de rock por la noche y con más máquinas», cuenta Jesús Sánchez, vocal de la Asociación Amigos del Ebro, que es quien organiza esta fiesta en Piracés, y que gira en torno a los tractores de la marca Ebro, que ya han desaparecido.


Una treintena de máquinas Ebro recorrieron este pueblo de La Hoya de Huesca ayer, en un día de celebración que empezó con un almuerzo, con gran afluencia de público, y se prolongó durante todo el día y la noche. No solo acudieron a esta cita los vecinos de Piracés sino que se acercaron numerosos vecinos de las localidades cercanas como: Salillas, Tramaced o Robres. Alrededor de 500 personas, aficionadas al mundo del tractor, se sumaron a esta fiesta. «Al principio eran solo veinte tractores de la gente del pueblo, y este año hay unos treinta también de gente de fuera, que se animan cada vez más a venir y traen los suyos», comentó Jesús Sánchez, mientras algunos vecinos preparaban la hoguera y servían cerveza y refrescos a los aficionados a este tipo de maquinaria agrícola, fieles a esta cita, que se repite de año en año.


«En una ocasión se hizo como un museo, en el que participaron artistas que tunearon los tractores», recuerda Marta Villacampano, una vecina de la localidad. «Lo mejor es el ambiente que hay, porque nos juntamos todos», añade.


Antes de arrancar los tractores, el más antiguo de finales de los 50, para dar un paseo con ellos por el pueblo y exhibir estas auténticas joyas del campo, estaban todos expuestos al aire libre. «El Ebro 8135 es de los últimos que salió y uno de los más grandes. La factoría cerró en los años 90. Pero esta gama no cambia mucho de la anterior. Eran tractores muy sencillos, cuando ellos dejaron de fabricar, otras compañías tenían muchos más avances», explica César Fontán, miembro de la Asociación Amigos del Ebro. «Estaba abocado a desaparecer», añade. Igualmente había modelos más antiguos: de los años 70, 60 y 50. «Son tractores modernos. Antiguos porque tienen muchos años, pero no son de los primeros que se hacían. Los Ebro pertenecen a los modernos, aunque más sencillos», apunta Fontán.


«La mayor joya de todos los que están expuestos es el Ebro 350, que es de hace 20 años, pero si hablamos de 30 años atrás, entonces un tractor rojo, un Ebro 155, que mi hija restaura», relata Francisco Méndes, un aficionado a esta maquinaria, que acude a esta fiesta exposición desde hace dos años y asegura que «esta vez se siente un poco menos de afluencia de público aunque el ambiente es muy bueno».


Muchos de los tractores que estaban expuestos no son empleados para trabajar diariamente mente, sino simplemente en ocasiones especiales como las de ayer. «Las piezas originales de los tractores antiguos las buscamos en los desguaces», explica Fontán.


Pero además de la exposición de esta treintena de tractores, todos los aficionados organizaron un almuerzo. Y tras él llegaron los juegos tradicionales aragoneses. La jornada continuó con el paseo por el pueblo con estas emblemáticas máquinas agrícolas. Por la noche, se celebró una cena popular y el grupo musical Los del Huerto dio un concierto. La fiesta terminó con una discomóvil.