NUMANCIA 3 - HUESCA 1

Derrota para olvidar y aprender

Los azulgranas caen en Soria víctimas de sus errores. Tres fallos defensivos y la inoperancia con un jugador más fueron claves.

El Numancia superó al Huesca con demasiada facilidad.
Derrota para olvidar y aprender
CARLOS PASCUAL

Hay derrotas que sanan. Despropósitos que anuncian reflexión y autocrítica. El partido de Soria puede servir para ambos cometidos. El Huesca sucumbió ante el Numancia víctima de sus propios errores en una tarde, paradójicamente, para olvidar y también para aprender. Quizá en su peor versión de la temporada junto a las de Gerona y Vallecas, los azulgranas no estuvieron en Los Pajaritos. Lo bueno es que lo saben. Lo malo, que concedieron los tres goles en fallos defensivos y que fueron incapaces de gobernar a los rojillos durante el periodo en que gozaron de superioridad numérica.Onésimo, al que no se puede negar su perfil ambicioso, repitió quizá los errores de Cartagena al partir al equipo cuando lo que quería es que diese el estirón contra diez. La expulsión de Robert rubricó la ignominia. Unos ponderables que, además, otorgan un peso secundario al arbitraje de Hernández Hernández, a quien se le fue el criterio de las manos en una segunda parte para analizar detenidamente. El Huesca se ha atascado en las últimas semanas y ha sumado dos puntos de doce posibles. Al menos, a falta de lo que suceda en los partidos de hoy, el colchón sobre el descenso sigue siendo de siete puntos.

Ayer parecía una jornada propicia para liar una gorda en Los Pajaritos. Opción desmentida en cuatro minutos. Acertó Barkero; mejor habría que decir que falló la zaga. Un saque de Andrés a Rigo sorprendió al balear con el numantino Cedric encima. El rapidísimo extremo robó la pelota y, al rehacerse Rigo y rebañarla, sirvió una bola rechazada que resolvió Barkero desde la frontal del área. Para colmo, el lanzamiento rozó en un futbolista azulgrana y dejó a Andrés rendido ante el 1-0. Era el primer tiro a puerta.

Casi no había dado tiempo a asimilar las novedades que presentó el Huesca, con Robert en el lateral diestro como recambio del sancionado Molinero. Más sorprendió la entrada de Jokin en el lugar de Gilvan Gomes. Sobre todos ellos, Tariq, que se volvió a revelar como el jugador clave desde su fichaje en el mercado invernal.

El empate se explica con su nombre. El ariete abrió un balón a la derecha y corrió al área. Controló Robert y cocinó uno de aquellos centros a los que estábamos habituados cuando disponía de más minutos. Lo cazó Tariq con la cabeza y lo envió dentro de la meta de Lafuente dibujando una parábola impecable en lo estético y letal en la ejecución. El delantero cedido por el Granada ya acumula cinco dianas en ocho partidos. Era, por cierto, el primer disparo entre los tres palos de los altoaragoneses. Y casi el único.

El partido comenzaba de nuevo y el Numancia fue más y mejor durante el tiempo necesario para hacer el segundo. Emplearía 13 minutos más. Sometidos a los tiempos que marcaban los numantinos, Barkero diseñó un pase entre líneas de esos y que no se pagan con dinero que dejó solo a Iñigo Vélez para que picase la pelota con pericia ante Andrés. Dicho esto, la defensa del Huesca no se coordinó bien en la búsqueda del fuera de juego del atacante. El talento y el error son compañeros ancestrales en el fútbol y suelen concebir goles. 2-1. Y segundo chut del Numancia.

Con este panorama, el Huesca se convirtió en algo más reconocible y el último cuarto de hora de la primera parte fue suyo. Sin ocasiones claras, pero con cierta autoridad. Se barruntaban cambios y Onésimo no esperó; dentro Gilvan e Iñigo al banco. La mejor oportunidad, un disparo de Tariq después de que se acomodase la pelota a lo Ronaldo. A continuación, todo se precipitó. En el 51, Nagore vio su segunda amarilla por una mano y, al instante, Garmendia se marchó lesionado.

Con todo esto, Onésimo volvió a dotar de un inequívoco aliento ofensivo a los suyos. Introdujo a Vega y retrasó a Helguera al centro de la defensa. Sorribas se quedó solo en tareas de creación y contención, lo que se pagó con pocas llegadas y una falta de claridad general. El técnico pucelano volvía a jugársela y le volvía a salir mal. Al no recogerse rédito, dejó una defensa de tres con Robert, Rigo y Echaide y recuperó el doble pivote con Helguera y Camacho. Apartó a Sorribas y metió a Toni. Un plan osado que se rompió con la expulsión de Robert en el 78. Rigurosa y con el trencilla desatado. De nuevo en igualdad, Onésimo mantuvo la apuesta y perdió. En otro desajuste defensivo, Cedric hizo el tercero y aún pudieron caer más. Otra roja, a Pavón, no cambió nada. La lección estaba dictada y ahora hay que estudiársela.