Una fiesta estropeada

Lo que aparecía como una tarde propicia, con un gran ambiente y la presencia de 400 seguidores del Girona, se torció con la derrota. Además, el árbitro reflejó en el acta el lanzamiento de una botella.

Los Alcorazados reclamaron «viajes pagados» al club azulgrana con estas pancartas.
Una fiesta estropeada
JAVIER BLASCO

Pintaba una tarde atractiva, con dos equipos humildes opositando para entrar en la nobleza de la Segunda División. El Huesca sabe cuál es su pelea de la misma forma que resulta innegable que un importante porcentaje de sus aficionados se ilusionaba con la proximidad de las plazas de 'play off' de ascenso. Por eso se registró una de las mejores entradas del curso en El Alcoraz. Ayudaron los 400 seguidores que arrastró el Girona.


Armados con molestas vuvuzelas, que ya parecían dormir el sueño de los justos tras el Mundial de Sudáfrica pero no, los gerundenses ubicados en el gol sur hicieron suya una fiesta con final amargo. Por la derrota y por cómo se enrareció el ambiente. La falta de Helguera que precede al 0-1 es dudosa, y también se armó en la última oportunidad del Huesca, marrada por Óscar Vega y saludada con aspavientos por un Santamaría sobreactuado.


Además, el acta firmada por el colegiado madrileño Del Cerro Grande puede traer cola. Dice, textualmente, que «en el minuto 76 comuniqué al delegado de campo que desde la parte posterior de los banquillos, en la grada, se estaba utilizando un silbato, advirtiendo de dicha incidencia por megafonía no volviendo a producirse (sic)». Además, recogió el lanzamiento de una botella de 50 cl llena de agua que, por fortuna, no alcanzó a nadie en el minuto 89 «desde el fondo donde defendía el equipo visitante, y donde se ubicaban aficionados de la SD Huesca, no impactando sobre persona alguna, siendo retirada por el guardameta visitante». Pese a la levedad de los hechos, el Huesca puede enfrentarse a un castigo de Antiviolencia. Mikel Rico volvió a visitar a sus ex compañeros y compartió asiento con los no convocados. Se encontraban entre ellos Gallardo, Víctor y un Galán que sigue sin contar para Onésimo -pese a que faltaba Roberto- y que continúa teniendo abierta la puerta de salida.