HOMENAJE

Emocionado adiós al hortelano Daniel Calasanz, «ciudadano y vecino ejemplar»

La bandera de la ciudad y los mantos de varias cofradías cubrieron el féretro durante el funeral.

Un momento del funeral
Emocionado adiós al hortelano Daniel Calasanz, «ciudadano y vecino ejemplar»
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La ciudad de Huesca dio ayer su último adiós a Daniel Calasanz Abadía, el popular hortelano, benefactor de numerosas causas, dirigente agrario y concejal, fallecido a los 96 años el pasado lunes en la residencia de la Casa Amparo, donde pasó sus últimos años. El funeral por su eterno descanso se celebró ayer en la iglesia de Santo Domingo y San Martín, barrio al que siempre estuvo vinculado, y fue concelebrado por seis sacerdotes, entre ellos el párroco, Ángel Lasierra, y su predecesor, Manuel Malo. Los acompañaron el canciller de la diócesis y curas salesianos.


Antes de iniciarse el acto religioso, frente al altar, el alcalde y los portavoces municipales cubrieron el féretro con la bandera de Huesca, un privilegio que le corresponde por su condición de Hijo Predilecto de la ciudad. Sobre el ataúd también se colocaron los mantos de la Archicofradía de la Veracruz y de las cofradías del Cristo del Perdón, El Nazareno y el Santo Cristo de los Milagros.


Daniel Calasanz era conocido sobre todo por su faceta de hortelano y como tal se convirtió en un personaje muy popular. Pese a su avanzada edad y hasta que se lo permitió su salud, seguía acudiendo a su huerta de la carretera de Arguis, junto a la ermita de Santa Lucía, que donó hace años al Ayuntamiento para destinarla a fines docentes, con la idea de mantener el oficio. En ella cultivó uno de los símbolos más tradicionales de la ciudad, la albahaca. Pero también fue concejal, presidente de la comunidad de regantes de Arguis y vicepresidente de la Cámara Agraria Provincial.


Al funeral asistió ayer buena parte de la corporación, con el alcalde a la cabeza. Luis Felipe destacó su condición de «ciudadano y vecino ejemplar, que se distinguió por sus valores humanos y su compromiso con Huesca desde diferentes facetas, la personal, la profesional, la política, la social...». Dijo que su figura es una referente para todos. El próximo lunes, en la junta de gobierno, se debatirá algún reconocimiento para él y otros oscenses ilustres.


Calasanz era Hijo Predilecto de Huesca desde 1997. En 1991 se le otorgó la Parrilla de Oro y tuvo el honor de lanzar el chupinazo en 2005.


Entre los asistentes estaban el ex alcalde Enrique Sánchez Carrasco; el presidente del patronato de la Casa Amparo, Eugenio Nadal, quien elogió su papel de «gran benefactor» de esta entidad; y miembros de las distintas cofradías a las que estaba vinculado. Entre ellos, José Luis Gómez, de la Veracruz. «Era una persona entrañable, muy relacionado con la parroquia y con el barrio y muy querido», comentó, recordando que todos los Viernes Santo iban a su huerta para cortar el laurel que portan las sibilas en la procesión.


Daniel Calasanz será incinerado y sus cenizas se repartirán entre el cementerio de Huesca y la huerta, donde también están las de su mujer.