NATURALEZA

Con la reivindicación en la mochila

Veinticinco personas participaron el pasado sábado en la marcha pedestre organizada por el grupo ribagorzano de Ecologistas en Acción.

Visita al pozo de sal de la localidad ribagorzana.
Con la reivindicación en la mochila
Á. G,

Fue una excursión que recorría de norte a sur la sierra de la Carrodilla, antiguo paso de comunicación entre la Baja Ribagorza, el Somontano y el Cinca Medio y territorio 'ornado' ahora por las pilonas instaladas hace una década por REESA para pasar la luego desechada la línea de alta tensión Aragón-Cazaril y que pretende reutilizar para su nuevo proyecto Peñalba-Monzón-Isona.

Las torres de la línea acompañaron a los excursionistas durante buena parte de su recorrido. De hecho, uno de los objetivos de la marcha era el de concienciar a los asistentes sobre la riqueza ecológica y paisajística en peligro. Pero los participantes también disfrutaron de otros aspectos más agradables como la visita a la localidad de Aguinaliu, que hace honor a su nombre de nido de águilas, y la subida a su antiguo salinar.

El pozo de sal tuvo una gran importancia estratégica desde la antigüedad e, incluso, motivó un enconado pleito entre los habitantes de la vecina Juseu y Aguinaliu fallado el 1 de abril del 987 de nuestra era. La sentencia, que ha llegado a nuestros días, recoge el juramento de los hombres del castillo de Aguinaliu sobre la posesión de un tercio de un pozo de sal y Fertunio, juez de todos los cristianos del Leridense bajo el poder del visir Zamega, les reconoce ese derecho.

Y en el año 1262, vuelven a aparecer documentalmente las salinas debido a la donación efectuada por el párroco de Torres a la iglesia de San Martín, de Aguinaliu, y a la catedral de Roda, de un salinar y de unas viñas, además de los recipientes y lugar de elaboración de la sal. El clérigo puso la condición de ser recibido como miembro de la canónica rotense y ser sepultado en su claustro.

Su paso a la corona en época de los Austrias, como instalación estratégica, su posterior explotación hasta la guerra civil o un último y fracasado intento de reutilización de las salinas en los años 90 del pasado siglo fueron otros de los datos que conocieron los participantes en la excursión.

Actualmente el salinar necesitaría de una limpieza de la maleza que se ha adueñado de las 'eras' de evaporación de la sal y un trabajo de consolidación de la balsa para ser recuperado como un elemento antropológico e histórico de primer orden.

Tras la vista a las salinas, los excursionistas regresaron a Aguinaliu y continuaron camino por la ruta del antiguo camino a Olvena que asciende a los Corrales de la Sierra, en el Saso, y continúa hasta la Cuadra de Blasco para descender -después de contemplar desde lo alto la unión del Ésera y el Cinca- hasta el Puente de la Sierra a la altura del kilómetro 17 de la carretera N-123 donde se puso el punto y final a la excursión.